Capitulo 6

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Craig despertó con la luz del sol colándose entre las cortinas. Sus párpados parecían pesar toneladas y cada musculo de su cuerpo protestaba al más mínimo movimiento.

Palpó a su alrededor buscando algo familiar, pero la superficie bajo él no era la que esperaba. Lentamente fue abriendo los ojos mientras su mente nublada intentaba averiguar dónde se encontraba. Reconoció de inmediato que aquella no era su cómoda cama en casa de sus padres. A su alrededor, paredes desconocidas agrandaban su sensación de extrañeza...y aún más cuando se percató de su atuendo, o falta del mismo. Solo una manta le cubría y pudo comprobar que ni camiseta ni pantalones lo acompañaban.

Fue entonces cuando el martilleo en su cabeza se hizo insoportable. Una resaca de proporciones épicas le impedía pensar con claridad, incapaz de recordar cómo había terminado allí. Solo sabía que la última imagen de la noche pasada era él cerrando los ojos, agotado, para descansar... Sin embargo, ahora despertaba en un lugar que parecía conocido pero que no lograba identificar.

Cuando Craig observó la fotografía en la pared, su estómago dio un vuelco. Era inconfundible el cabello rubio alborotado y los ojos azules saltones que tanto conocía. Estaba en la casa de Tweek. Miles de pensamientos se arremolinaron en su mente intentando encontrar una explicación racional. En ese instante, unos pasos se acercaban. Craig giró la cabeza sobresaltado y su mirada se cruzó con la de un inquieto Tweek, que sostenía un café y vestido en pijama. 

Craig se sobresalto y se levanto del sofá, sin recordar que estaba desnudo o bueno, con sus boxers aun puestos, Tweek lo vio pero desvió la mirada como si la situación fuese hilarante. Craig sujeto la manta y escondió su desnudez con ella. 

—¡¿Q-qué rayos pasó anoche?!— exclamó Craig con urgencia, intentando reconstruir los recuerdos borrosos de la velada.

—Este...  vomitaste, luego te quedaste dormido y caíste sobre tu vomito...  oh y te meo un perro, si, esa ultima parte fue mi culpa— Lo dijo de forma despreocupada y como si le pareciera gracioso.

El doloroso calor en las mejillas de Craig evidenciaba su abrumadora vergüenza. Tweek continuó su conversación con aparente desinterés.

—Desperté hace un rato y puse tu ropa en la lavandería pensando que dormirías más...—Explico y agrego— ¿Recuerdas algo más de anoche?—

Craig negó con la cabeza, incapaz de articular palabra. Tweek simplemente se llevó la humeante taza de café a los labios, sin presionarlo por una respuesta. Un momento de tensión silenciosa se extendió entre ellos. Finalmente, Tweek suspiró y pregunto:

—¿Te gustaría tomar un baño?— 

—Sí...—Craig se limito a responder.

Aliviado por el cambio de tema, Craig asintió y se tapo con la manta con bastante vergüenza encima, son hombres pero... se siente extraño. Tweek indico donde estaba el baño y antes de que Craig subiera las escaleras, Tweek dice.

—Te dejaré algo de ropa limpia para que te cambies después. No te preocupes, aun conservo ropa normal.—

Craig esbozó una tímida sonrisa. —No me preocupa parecer gótico—, bromeó en un intento por aligerar el incomodo ambiente.

—En realidad es... de metalero pero estuviste cerca.—

 Una breve carcajada forzada escapó de los labios de Craig, todavía abochornado. Agradeció apresuradamente a Tweek y subió rápidamente las escaleras. Al final del pasillo, entró de prisa en el cuarto de baño. Cerró la puerta tras de sí y se recargó en ella unos instantes, cerrando los ojos para despejar su mente. Al menos podía encontrarse algo de consuelo en que no le había sido infiel a su esposa Claudia. Entonces recordó haber dejado su teléfono apagado y se reprendió internamente. En lugar de seguir atormentándose sin sentido, decidió que lo mejor era concentrarse en aquel momento. Bajo el reconfortante chorro de agua caliente dejo agobiarse con los pensamientos.

Libre albedrio | CreekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora