capítulo 7

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Al día siguiente cuando despertó, Craig se encontró más sereno. Sus padres no lo interrogaron sobre su paradero nocturno dado que ahora era un adulto que podía tomar sus propias decisiones. Aun así, su madre amablemente le sugirió que les avisara a donde iba por si su esposa Claudia preguntaba sobre él, Craig acepto (aunque un poco a regañadientes). Durante el desayuno, su madre preguntó si asistiría a la feria anual del pueblo que tendría lugar ese fin de semana. Craig levantó la vista de su taza y negó, no es aficionado a lugares abarrotados de gente donde cuesta relajarse.

Craig salió de su casa hacia el exterior, donde su automóvil esperaba al final del camino de entrada. Se detuvo un momento para contemplarlo, dudando entre tomar las llaves y partir, o demorarse un rato más yendo caminando.

Craig estacionó el auto a una cuadra de la ubicación del local de Tweek. Tomó la bolsa que reposaba a su lado, silenció su teléfono para evitar interrupciones no deseadas y salió del auto con una pequeña sonrisa que no podía suprimir. Una corriente eléctrica recorrió su cuerpo, haciendo cosquillas en las puntas de sus dedos. Observó el establecimiento con la esperanza de divisar la cabellera teñida de negro de Tweek, pero no encontró rastro de él.

Decepcionado de no ver a Tweek, eligió una mesa tranquila al fondo. Una mesera le ofreció un menú pero él declinó amablemente: "-Estoy esperando a alguien-," informó Craig, y la joven camarera retiró el menú antes de retirarse discretamente.

Su mirada vagó distraídamente por el acogedor interior mientras esperaba, tamborileando los dedos y buscando alguna señal del hombre a quien había ido a ver. Craig miro el lugar e intento recordar su antigua vida. No pasó mucho tiempo antes de que Tweek hiciera su entrada con su cabello recogido en una coleta y enfundado en un delantal negro con el logotipo de la cafetería, Tweek no percibió la presencia de Craig. Desde su posición, Craig pudo observarlo detenidamente.

Mientras trabajaba, Tweek se arremangó las mangas de su camisa por el calor. . Fue entonces cuando Craig pudo apreciar mejor la fortaleza que se escondía bajo la tela. Sus brazos fuertes y que lucen vigorosos al lado de los de Craig y no puedo evitar compararse con el. Desde su mesa, Craig pudo observarlo con detenimiento. Admiró la fortaleza sugerida bajo la ropa de trabajo; Apenas si era visible el vello corporal que cubría su pálida piel, de un tono dorado tan suave que se confundía armónicamente con ella. La mirada de Craig recorrió ese cuerpo esbelto con ojos atentos, apreciando cada detalle como si fuese la primera vez.

Craig notó que los cambios en Tweek no se limitaban solo a teñirse el cabello. Su figura ahora lucía más trabajada, como si hubiera estado dedicándole tiempo al ejercicio físico, algo que Craig recordaba nunca antes había despertado el interés de Tweek debido a la ansiedad y sensación de derrota que socavaban su mente. Estos pensamientos se vieron interrumpidos cuando escuchó desde lejos la inconfundible voz de Tweek. Al observarlo no pudo evitar notar lo erguido que era su porte y lo espeso de su melena oscura . Además, algo llamó su atención: Tweek ya no parecía sufrir sus habituales temblores ni tics nerviosos, algo casi inaudito tratándose de él. Craig apartó esas preguntas de su mente y se puso de pie la bolsa bien sujeta en la mano izquierda curiosamente nervioso como nunca antes lo había estado. Al acercarse a la barra lo encontró de espaldas, sumido en sus quehaceres como siempre.

-Ya le atiendo.- respondió Tweek dándose la vuelta. Lo saludó con una sonrisa, aunque Craig notó cierto distanciamiento en su trato, más propio de un cliente que de un amigo. -¿Que desea llevar?-

-Latte mediano con leche extra.- pidió tratando de ocultar su turbación.

-Estará listo enseguida.- replicó Tweek volviéndose hacia la máquina.

Craig no pudo evitar pensar que así era como debían ser las cosas ahora, como dos desconocidos con un pasado compartido pero caminos separados. Ese pensamiento le resultaba doloroso. Decidió romper el hielo:

Libre albedrio | CreekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora