Libre albedrio | Creek

Capitulo 4

_______________Capitulo 4_______________

—¿Qué debería escribir?— Pregunto

—Escribe todo lo que pienses y sientas.—La mujer respondió.

El hombre comentó en un murmullo —Eso es algo difícil.—

—¿Por qué no lo narras como una historia? Una presentación de tu vida, para que quienes no te conozcan, sepan quién eres.— La mujer sugirió:

"Soy normal, me gusta el color azul y los domingos."

Con el lápiz firmemente entre sus dedos, trazó una línea tachando lo que había escrito previamente y, dirigiéndose a un par de renglones más abajo, comenzó de nuevo: "Mi nombre es Craig Tucker y..."

—¿Y?— dudó, mientras su mirada se perdía en el techo y una bocanada de aire llenaba sus pulmones.

Bajó la mirada y, dejando fluir sus pensamientos, escribió lo primero que se le vino a la mente.

"'Mi nombre es Craig y mi terapeuta me dio este cuaderno para que escribiera todo lo que pienso. Es un buen ejercicio, hace que mi cabeza no se sienta tan agitada'."

Craig dejó de escribir y se frotó las sienes con la punta de los dedos, sintiendo la creciente tensión y la falta de ideas al tratar de transmitir lo que quería decir.

—No estoy loco..— Murmuro para si.

"Nunca perdí la cabeza y lo que sucedió no fueron delirios. Hace quince años, regresé al pasado, más precisamente a mi yo de 17 años. Aún estoy confundido acerca de cómo sucedió, tal vez fue el accidente que me mató. De todas formas, mi vida anterior fue arruinada por culpa de mi ex esposo y su maldita cafetería decadente.

No tengo recuerdos sólidos de mi vida anterior, solo fragmentos de cosas que sucedieron y que desearía no recordar. A medida que avanzo en esta nueva vida, esos recuerdos se desvanecen gradualmente. Y eso es algo bueno", continuó escribiendo.

—Es bueno—repitió, convenciéndose a sí mismo.

"Hago lo que quiero, cuando quiero, sin tener que preocuparme por las ansiedades de Tweek."

Al terminar de escribir ese nombre, se detuvo. No fue por falta de inspiración o palabras, algo simplemente lo hizo detenerse. Tweek, no había pensado en él durante mucho tiempo. ¿Cómo estaría? ¿Seguiría viviendo en South Park? Todas esas preguntas resonaron en su mente como una piedra lanzada a un tranquilo río, perturbando su calma.

—No, no me importa— apretó el lápiz con fuerza, sintiendo la dureza del material.

"Digamos que conocer el futuro tiene sus ventajas

 Invertí en esa estúpida moneda virtual y con lo que gané de eso, creé mi pequeño imperio comercial de gran escala. En pocas palabras, gané mucho dinero e invertí en acciones de empresas que sabía que iban a triunfar en el futuro."

Miró alrededor de su lujoso despacho, con las paredes cubiertas de fotografías y certificados que acreditaban su éxito. A pesar de todo, todavía sentía una sensación de insatisfacción que no podía ignorar. Se recostó en su silla y comenzó a balancearse de un lado a otro, hasta que su mirada se detuvo en un marco sobre su escritorio. Era una fotografía del día de su boda con su hermosa esposa de cabello rubio, Claudia.