Capitulo 13

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22 de Diciembre 

La campanilla de la puerta sonó, anunciando la llegada de un nuevo cliente. Tweek alzó la vista brevemente de las máquinas expendedoras de cafe, donde luchaba por mantener el ritmo de pedidos. Sus manos temblaban más que nunca bajo la presión, derramando algunas gotas de leche en el proceso. El lugar había amanecido más concurrido de lo habitual y Tweek se encontraba sobrepasado por sus deberes al frente de la cafetería. La fila de clientes se extendía hasta la puerta sin dar tregua, y ya perdía la cuenta de tantos pedidos. Fue en ese momento cuando Craig ingresó al establecimiento con su habitual calma.

Sus ojos detectaron de inmediato el estado agitado de Tweek. —Parece que hoy necesitas algo de ayuda— observó acercándose al mostrador.

Tweek levantó la vista de la máquina expresso que operaba a toda prisa, su rostro crispado en una mueca de frustración y cansancio. —Odio admitirlo, pero tienes razón. Estoy desbordado— confesó con una voz tensa y una mirada que claramente reflejaba el agobio que sentía en esos momentos.

Déjame echarte una mano.— Dijo Craig mientras se quitaba la chaqueta y la colgaba en el perchero tras el mostrador.

Tweek terminó de servir el café que preparaba y se volvió hacia Craig. —¿Al menos sabes usar una cafetera?— Preguntó con cierta duda

Craig le dedicó una pequeña sonrisa tranquilizadora. —Te sorprenderías—



El día transcurrió con ambos trabajando codo a codo. Tweek se sorprendía cada vez más de la habilidad de Craig, parecía ser todo un experto en el arte de la cafetería. Cada movimiento era preciso y eficiente, como si llevara años en el negocio. Cuando el reloj marcó las seis de la tarde, el lugar se encontraba vacío y ambos se encontraban en diferentes áreas de la cafetería, ocupados en las tareas de limpieza.

El silencio se apoderó del ambiente, solo interrumpido por el suave roce del trapo contra el suelo y el susurro de mis propios pensamientos. Me permití detenerme un momento y observar a Craig. Mientras limpiaba distraídamente el mostrador, mi mirada se posaba en la espalda de Craig mientras él se dedicaba a trapear el suelo. La imagen de Craig en acción, con su delantal salpicado de café y su cabello desordenado, despertaba en mí sentimientos que no podía ignorar.

Una genuina curiosidad se apoderó de mí. Había algo en Craig que me llamaba la atención, ya sea la forma en que me miraba, siempre dispuesto a ayudar sin que yo se lo pidiera, o esos momentos en los que noté cómo intentaba rozar mi mano. Sin darme cuenta, me quedé mirándolo directamente, con el codo apoyado en la barra y la cabeza sostenida por la palma de mi mano. Tenía tantas preguntas, tantas cosas que quería saber sobre él. Craig me resultaba fascinante.

Una sola cosa cruzó por mi mente en ese momento, un pensamiento que resultaba difícil de ignorar. ¿Sería posible que Craig estuviera enamorado de mí? Recordé los tiempos pasados, cuando estábamos juntos, pero eso ya era cosa del pasado. Suspiré y bajé la cabeza hacia la mesa, sumergido en mis pensamientos.

De repente, escuché la voz de Craig llamándome desde donde se encontraba.

¿Por qué no descansas un poco? —me dijo con tono genuino.

No me vendría mal —respondí, saliendo detrás de la barra y tomando asiento en una de las sillas frente a una mesa. Las otras sillas estaban apiladas sobre la mesa, lo cual me hizo sospechar que Craig lo había hecho a propósito.

Me dejé caer en la silla, sintiendo el cansancio acumulado en mis huesos. Miré a Craig, quien se acercó.

¿Estás bien? —preguntó con una mezcla de preocupación y ternura en su voz.

Libre albedrio | CreekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora