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–Emiliano como esta la mocosa?.

–Esta bien jefe.

–Ahora esta dormida o no?.

–No, no durmio en toda la noche.

–Voy a verla.

Bella sentía como los pasos cada vez se hacían más fuertes y con el temor de que le hicieran en ese lugar, sus esperanzas todavía estaban vivas de que Francis la buscará y sacara de ese lugar.

–Hola muñequita.– habló molesto.

–Y al menos me mostrarás la habitacion ¡estoy sin dormir!.– tenía mi voz muy desgarrada y temblorosa pero aun así nunca me mostraré tan débil.

–Este es el segundo piso de la mansión, recuerda cinco cuatro pisos y un ático, planta principal guardaespaldas y en esta habitaciónes, mira aquí será tu habitación mocosa.

–Ujm bueno.

–SEÑOR KAULITZ! A MI NO ME FALTAS EL RESPETO NIÑA EH.

–VETE, por favor..– Grite con nervios

–Acaso no te quedaron bien las reglas en claro verdad?.– la empujó directo a una habitacion y la encerró en esta.

–GABRIEL!!.–grito.

–Cuídate de esta maldita mocosa y no la dejes salir, si algo sale de control me llamas.– dijo alterado mientras se marchaba.

–Disculpe jefe...–bajo la mirada.

–Que quieres Emiliano?!.– contesto con un tono de voz alta.

–Su padre lo hace llamar.

–Aver pasame el celular!.– atendió el móvil y hablo –Hola padre ¿que pasa?.

–Pago el desgraciado?!.– su voz no se enotaba de tanto humor.

–No padre, pero ahora tenemos una excelente mercancía para el negocio!.

–Muy bien hijo ¿y cual es esa mercancía?.

–SU HIJA!.– soltó unas pequeñas risas.

–Excelente ¡tu sabes como prepararlas, ganaremos muchísimo dinero con Cooper!.

–A tus ordenes padre.

–Que todo salga al pie de la letra, adiós Tom.– colgó la llamada.

–GABRIEL VEN PARA AQUI!.

–Si señor Kaulitz.

–Tráeme a Melisa...¡ahora Gabriel!.– grito este.

–Aquí esta!.

–Te puedes retirar.– quedo a solas con Melisa –Primero ven linda. –Se besaron los dos, Tom jugaba con sus pechos pero luego de separaron.

–Decime que pasa?.– le encantaba pasar tiempo con Tom aunque a la vez lo odiaba.

–Hay nueva mercancía!.– sonrió ladino –Tu estas acargo a enseñarle como es el trabajo ¡Hazlo con mucha precaución!.

–Si Tom.

–¡CLARA! ¡ELIZABETH! ¡CRISTAL!.– grito nuevamente –¿MALDITA SEAN!, ¡EMILIANO!.

–Dígame jefe.

–Trame a Clara, Elizabeth y Cristal, ¡Ya!.

–Muy bien señor, ahora las traigo.

–MALDITAS PROSTITUTAS! ¡LAS ESTUVE LLAMANDO Y NO VIENEN! ¡ACASO CREEN QUE ESTAN EN SUS CASAS!.

–Disculpe jefe es que Clara se sentía muy mal.– dirigió la palabra Elizabeth bajando la mirada.

–¡¿ACASO NO TE DI MIS ORDENES MELISA?!.– levanto su mano fuertemente y con toda su fuerza le pego a Melisa.

𝗢𝗻𝗲 𝗡𝗶𝗴𝗵𝘁...; Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora