¡Queridas, intercambiamos a los niños! Jenlisa - Chaesoo

CAPÍTULO X. RETROVISOR

POV LISA

Flashback

- Lisa, pero es que no puedes dejar todo e irte – Rosé me hablaba molesta – apenas hace seis meses abriste el estudio ¿o realmente lo estás considerando?

- No Rosie, he luchado mucho para llegar a este punto.

- Tienes que hablar con Sabrina entonces, no puede hacer lo que se antoje contigo y pretender que todo siga igual.

Sabrina es mi novia de más de cinco años, la única que he tenido realmente, desde antes de la universidad. Elegimos lo mismo, arte con énfasis en la fotografía, pero ella quiere ser paisajista y yo no quiero recorrer el mundo tomando fotos, no me mal entiendan, es genial, viajar y conocer, pero en estos momentos quiero un poco de estabilidad.

- Sabri, quiero que me entiendas, no me puede ir solo así, yo quiero establecerme, sabes que he luchado mucho por el estudio.

- Y lo entiendo Lis – pero realmente su tono de voz me decía que no lo entendía – pero yo no puedo simplemente quedarme – eso me rompió – sabes que te amo, pero...

- Pero sé que debemos tener rumbos distintos. Sabrina, te amo y créeme si pudiera lo haría, pero no puedo dejar todo en estos momentos – ambas llorábamos.

- ¿y si me voy solo un tiempo? – era evidente que no queríamos soltar la relación que teníamos – Sé que podemos hacer que funcione.

Y sí, los primeros meses funcionaron, nos llamábamos todo el tiempo, ella me mostraba sus viajes a través de las fotografías que tomaba y yo igual. El primer año vino de visita, fue como si nunca nos hubiésemos separados, había amor, pero unos meses después se volvió a ir y en definitiva todo cambió, hasta que dejamos de llamarnos seguido y llegamos a un punto muerto, meses de silencio, pero oficialmente nunca terminamos y no nos volvimos a ver.

Fin del Flashback

Sabrina había sido importante para mí, aunque Rosé no la aprobaba y cuando le hablé que ella se iría la descubrí con mi pasaporte y tijeras amenazando con dañarlo si decidía irme.

POV JENNIE

Flashback

- Me lo pidió Jisoo – le contaba a mi amiga – me voy a casar – y había una enorme piedra en mi mano que lo probaba- Kai me había pedido matrimonio.

- Sí es lo que te hace feliz, yo me alegro mucho por ti. Al menos no escatimo en el anillo.

Yo comencé con los preparativos, mis padres y los de Kai estaban felices, nos apoyaron en todo, cuestión que me alegraba por el hecho que mi madre estaba bien con ello y nos reunimos para decidir cosas.

Sin embargo, dos meses antes de la boda descubrí a Kai siéndome infiel en mis propias narices, en su oficina dentro de mi firma. Me dolió, por supuesto, fue más ego herido que sentirme como una mujer despechada, pero jamás lo demostraría y decidí taparlo para que nuestros padres no se enteraran, claro que cancelé el compromiso.

El seguía trabajando aquí, sin poder hablar no tenía una manera válida para despedirlo. Mi madre un tiempo después supo el porqué del rompimiento del compromiso y como cosa rara, insinuó que había sido mi culpa, que había sido un desliz y que él era un buen hombre. Creo que eso fue lo que nos terminó de alejar, no sentirme apoyada por mi propia madre, porque entendí que no quería mi felicidad.