CAPÍTULO VIII. EL CAOS

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Había transcurrido ya dos meses desde que Jennie y Rosé se enteraron del intercambio de sus bebés. Nos veíamos más porque de hecho Jisoo y yo pasábamos más tiempo del que habíamos pensado en el apartamento de las chicas. Desde aquel comentario la noche que nos dieron nuestras habitaciones, Jisoo se había tomado en serio lo del intercambio de madrinas y pasaba mucho tiempo con Rosé al punto que yo había comenzado a notar el interés por mi amiga.

Estábamos conviviendo más pero ninguna hablaba de su vida como tal. Rosé y Jisoo se habían acercado un poco por un proyecto que sus empresas tenían y que se relacionaba con la inteligencia artificial, hablaban mucho de eso. Jennie brevemente había comentado también de su trabajo también por el tema de la Inteligencia Artificial y yo, bueno, ellas sabían que yo era fotógrafa y "una buena" según Jennie, había visto mi trabajo más de cerca en las fotos que le hice a Rosé por su cumpleaños.

- Chae, aquí tienes tu café descafeinado y un poco de azúcar – le decía Jisoo a Rosé. Todas estábamos en el comedor para el desayuno. Sí, Rosé nunca en su vida había tomado café ni siquiera sin cafeína, no sabía tan siquiera prepararlo, pero desde que la pelinegra le presentó el café descafeinado, se hizo adicta.

- Gracias Jichu – Jennie y yo solo nos mirábamos, pero decimos no decir nada con la interacción de ellas.

- Yo me debo ir – dijo Jennie.

- Yo igual – dije - ¿Necesitas ayuda con eso? – Jennie tenía dos cajas llenas de expedientes que seguramente debían estar en su oficina.

- ¿Podrías? – me dijo viendo al suelo y casi sin evitar poder sonreír – Jisoo me iba a ayudar pero está muy ocupada – esto lo dijo con un poco de celos y no la culpaba, nuestras mejores amigas ni se habían despedido de nosotras. Me alegraba por Rosé, pero creo que ella no había dicho nada aun sobre Suzy ni nada al respecto, pensaba que eso podría terminar muy bien o muy mal.

- Sí, te llevo a la oficina y dejo esto por ti allá.

En el camino no hablamos, pero no fue incomodo, a veces la miraba y descubría que ella también me estaba mirando, creo que ya dije que no me desagrada tanto, aunque seguía siendo un poco insoportable.

- Llegamos – estacioné mi auto, le abrí la puerta y luego baje las dos cajas.

- Gracias – me miraba, estaba roja como el fuego y sus ojos brillaban – vamos.

- Bonita foto ¿la tomó un profesional? – le dije en tono de burla, era la foto de todos los socios que yo había tomado ya un año atrás. En su momento ella me "recordó" y también me dio un intento de disculpa. Ella me recordó porque Jisoo se lo dijo y después de eso vi en el apartamento la foto de ella con su padre y me dijo que fue su favorita.

- - Muy graciosa – me daba una sonrisa, creo que también había hecho énfasis en que su sonrisa es hermosa – puedes dejarlas por allí – me dijo mientras yo veía donde soltar las cajas – Gracias, ¿quieres un café, agua o algo? – iba a responder, pero alguien interrumpió.

- Cariño, buenos días – un hombre que recordé entró a la oficina y me daba una mirada extraña – Me hubieses llamado, yo te habría ayudado con esas cajas – se le acercaba cada vez más.

- Kai, ella es... - pero no la dejo terminar de hablar y extendió un billete de 100$ en señal de que me retirara, solo lo vi burlona y me fui.

- Tal para cual Rosé, ese imbécil me arruinó el día. – tenía que soltar mi molestia y Rosé siempre me escuchaba. ¿por qué la gente con dinero tiene que actuar así? Creen que por tener más pueden hacer sentir menos a los demás. Imbécil, Imbécil y tan bien que había comenzado mi día.

¡Queridas, intercambiamos a los niños! Jenlisa - Chaesoo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora