capítulo 8 peleador por sobrevivir

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DURANTE Los Días SIGUIENTES. Lincoln permaneció encerrado en si mismo, a tal punto que hasta Sam y Sora se preguntaban que le habría ocurrido. Nadie dijo ni una palabra de su violación; incluso en presencia de sus abusadores, Lincoln no oyó mencionar para nada el incidente, lo cual le dió cierto alivio. Se sentía tan humillado. Había perdido el apetito, y durante las comidas se limitaba a revólver los alimentos. En cierta ocasión, cuando Sara observó y comento su falta de apetito, Lincoln intento comer algo a la fuerza y se atragantó hasta que vómito. Lo único que soportaba era beber algo de jugo de naranja, de no ser por eso se abría pasado los días sin comer. Lincoln no ignoraban que estaban perdiendo peso; tenía la piel amarillenta y las mejillas chupadas, más no le importa.

Lo peor eran las noches. Antes, el sueño había sido su único refugio frente a las pesadilla que era la realidad; en cambio, ahora las pesadilla se abrían paso hasta el su sueño. Las noches, mientras permanecía con los ojos abiertos. Contemplado la oscuridad, luchaba desesperadamente por no dormirse por el miedo de verse acosado por imágenes repugnante y recuerdos terrible. Pero, como no podía evitar el sueño completamente, se dormía para poco después despertarse sobresaltado. No a causa de sus pesadilla sino por sus miedo de que Johnny viniera de nuevo por el.

LOS DíAS TRANSCURRIERON, sin que las cosas mejorasen para Lincoln. Por más que se esforzase en apartar de su mente las escenas de aquella noche, el recuerdo de tal dolorosa noche... recordaba todo el dolor, la desesperación,el miedo..., era como si ese momento estuviera grabado en sus cuerpos...

Tenía los nervios a flor de piel. Las sombras y los rincones oscuros lo asustaba como si de ellos pudieran salir para atacarle.El menor ruido inesperado lo hacía sobresaltarse y le cortaba la respiración. Incluso el contacto de una mano amiga en su hombro, por parte de Sam o de Sora, hacia que se enchase atrás involuntariamente. Aunque procuro sumergirse de nuevo en la rutina diaria, Lincoln empezaban a encerrarse cada vez más en si mismo. Durante las horas de clase,se ponía a fantasía que sus padres llenos de remordimiento por haberlo rechazado y encerrado en aquel infierno, regresaban para llevárselo a casa prometiéndole mil veces comportase mejor con el desde ahora en adelante. Todo era hermoso; sus hermanas se disculpaba con el y ahora no le golpeaban.
El hogar estaba lleno de alegría y sus amigos venía a visitarlo. Se quedaba con el durante horas, riendo, charlando y haciendo cosas absurdas y divertidas. Como debía ser y quizá llegaría a ser alguna vez.

En otra de sus fantasías, su abuelo se lo llevaba a su casa para vivir juntos. Era como cuando el era pequeño y jugaban hasta que terminaba agotados.

Lincoln no ignoraba que solo eran fantasías, pero al mismo tiempo le servían como cables de salvamento a los que sujetarse. Entonces apareció Jack. Solo con ver a aquella blanca corpulenta y vigorosa que lo había maltratado tan cruelmente, le basta a Lincoln para que se le temblase todo el cuerpo. Procuro evitar la mirada de Jack. Este, notando el miedo de Lincoln, empezo a moverse con gesto feliz disfrutado el sufrimiento de Lincoln. Y cada vez que podía procuraba empujarlo. El temía tanto su proximidad que durante un buen rato se quedó inmóvil, sin saber que hacer, mientras luchaba obstinadamente por contener las lágrimas.

Lo más penoso para Lincoln era el hecho de no tener a nadie con quién hablar...,nadie podía comprenderlo. No podía sincerarse con nadie ni siquiera con María Santiago. Sam y Sora quizá sabrían comprenderlo, pero....

¿Y si no era así?

¿Que pasaría si se encharan a reír?


Lincoln considero varias veces la posibilidad de hablarles, pero acabo por abandonar la idea, principalmente por no saber cómo reaccionarian ellas.

¿Y sin se terminaba burlarsen?

Pero al menos le gustaba saber que estaban allí.

viviendo un infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora