CAPITULO 17 AYÚDAME A SALVARLO

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ERA LA HORA DE CENAR,dos noches después del la fiesta de Javier. El ruido de los cubiertos y las bandejas en el comedor resonaba mezclado con el de remover de la sillas y el arrastré de los pies, junto con la despreocupada charla de los chicos y chica.

Lincoln y Javier ocupaban una mesa con Sam,Sora y Kim a un lado, y Leo, Jack, Danny, Gabriel al otro:

—¿Qué es esta bazofia? —pregunrto Leo torciendo el gesto con repugnancia.

—Cierra el pico —salto Jack medio en broma—. Yo he ayudado a guisarla.

—¡Puaf! —hizo Danny, arrugando la nariz y llevándose una mano a la garganta, fingiendo que se ahogaba.

Kim intentó cambiar la conversación:

—Me he enterado de que el director ha recibido hoy a Dos familias que quieren adoptar.

—Siempre está hablando de eso.

—pues no todos tenemos una familia que no quieras—dijo Kim

Sam dejo caer el tenedor con indignación:

—Y tu crees que mi familia me quiere solo quiere cambiarme.... quiere una marioneta la cual controla.

no deseado verse envuelto en la discusión, Lincoln guardó silencio y contempló la bandeja de Javier. no tenía mucha comida. Y ahora tenía que comer para estar en buena forma para su futuro hijo. Tratando de dar a su gesto la mayor naturalidad posible, cogió una porción de su propio plató y la puso en el de Javier. Sentada al otro lado de está, Sam se sintió conmovida por el gesto y, sin decir palabras, imitó el ejémplo de Lincoln. Realmente tenía mucha hambre, Javier quedó impresionado por el altruismo de sus amigos.

Gabriel,en frente de Lincoln, dejo de comer al observar lo que estaban haciendo. Con su acostumbrada expresión,alzó la mirada y comento:

—¡Valla! ¿por qué le tocó más a él?

—Tu ya sabes por qué —dijo Lincoln.

—Gran cosa...., una criatura —murmuro Gabriel.

Lincoln procuró no alzar la voz para no causar una pelea.

—Es una gran cosa —dijo, pensando que por qué se metería Gabriel en lo que no le importaba. pero este no quiso ceder. Se apoyo sobre los codos, mirándolo a ambos con sus ojos un poco saltones. Luego se puso de pie y acerco su rostro al de Javier.

—No sabes si ese niño es tu yo esa perra pundo estar con cualquier cuando tú estabas aquí encerrado—Dicho esto volvió a sentarse, creyendo que la cuestión quedaba zanjada con sus palabras.

Javier y Lincoln alzaron las cabezas al unisono. El primero se puso rojo del enojó. Sin poder contenerse, Javier se incorporo de un salto y, al mismo tiempo,con rápido movimiento, estampó su bandeja en la cara de Gabriel. algunas de las personas en el comedor gritaron pero Javier, ciego de rabia, no hizo caso. Cogió otra bandeja que estaban a su lado y la vertió también sobre la cabeza del atónito Gabriel, duchandolo con una pastosa y viscosa mezcla de puré de patatas, verduras y salsa. Todas las miradas convergieron sobre ello, y las voces se alzaron hasta una aguda nota de excitación.

De súbito,Leo tomo de su propio plató un puñado de patatas intentó aplastarlo sobre el rostro de Javier pero fué detenido por un golpe en la cara dando por Lincoln desmotrado que apoyaria a Javier y no dejaría que se metiera en su pelea

Todo en el comedor vieron eso y fué como una chispa en un barril de pólvora. En un instante, todo el comedor estallo en un caos de chillidos, gritós, maldiciónes y peleas; las bandejas volaron por los aire, estrelladose contra las paredes o en el suelo. Se volcaron mesas, se arrojaron sillas, y mientras los más asustadizos buscaban refugio, completamente  olvidado entre el desbordamiento de muchas hostilidades largamente contenidas, acudieron a cuánto objetos tenían a su alcance para bombardear y golpear a la desventurado Gabriel. Este, medio ciego por la mezcla gelatinosa que le inundaba el rostro, apenas pudo hacer otra cosa sino cubrirse con los brazos y retroceder, esperado el momento de escapar de la furia de su atacante.

viviendo un infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora