Vida familiar.

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Allen y Ed despertaron un poco tarde, el bebé no los había dejado dormir en toda la noche.

Había llorado tanto durante la noche anterior que estaban hartos de seguir despiertos, no sabían que quería su bebé, desde tratar de darle de comer, cambiar pañales tratar de mecerlo, todo eso los había dejado exahustos.

No podían seguir a más, Allen abrazaba a su rubio con fuerzas, era de mañana cuando en eso volvieron a escuchar al bebé.

–Ya por favor... Atiendelo tú–Allen trataba de calmar al rubio que ya estaba harto de tantos gritos de parte del bebé.

–Bien... Pero creo que Al ya se adelantó... –el rubio volteo a ver y efectivamente el llanto paro Al estaba ahí dándole un biberón al pequeño.

Ed siguió durmiendo en el pecho de Allen aspirando su olor, apegandose un poco más a él, Ed no quería separarse de Allen nuevamente.

Sus brazos agarraban con fuerza al albino abrió sus ojos dorados y le dió un beso al ojiplata, este lo acepto mientras apegaba más a Ed a su cuerpo.

–Oigan... ¿No creen que ya deberían levantarse? –pregunto Al interrumpiendolos.

–¡¡Claro como que tú no duermes y no te sientes cansado nunca!!... ¡Tu sobrino no nos dejó pegar ni un ojo en toda la noche! –grito Ed, los ojos del pequeño bebé se volvieron llorosos todos voltearon a verlo, para que esté comenzará a llorar mediante un grito.

–Voy a llorar yo también... –dijo Ed de rodillas en el suelo, Allen se levantó y cargo al bebé meciendolo, pero por más que quisiera no se callaba, Al y Allen hacían lo posible por animar al bebé mientras Ed lloraba en el suelo también por el cansancio.

–Suena a problemas aquí... ¿Sucede algo? –dijo Pinako entrando viendo el caos que los tres jóvenes tenían en ese momento.

–Dejenme ver... –la mujer se acercó, Ed calló su llanto mientras observaba a Pinako tomar al bebé, ponérselo en el hombro y darle unas palmaditas para que eructara, el bebé se quedó en silencio después de eso.

–Esto deben de hacer cada que le den de comer, no vayan a saltarse ese paso tan importante o el bebé tendrá dolor de estómago.

–Muchas gracias Pinako... Ya estaba desesperado de escucharlo –decia Ed entre lloriqueos tomando la mano de la anciana, está en cambio le dió una leve cachetada.

–Escucha en lugar de ponerte a llorar deberías concéntrate en aprender a ser un mejor padre, va para los dos... Debieron pensar en esto antes de dejarse ganar por las hormonas –Dijo Pinako saliendo de la habitación.

–Y más les vale pensar en que el tormento podría ser el doble si no se cuidan y vuelven a esta escena pero está vez con otro bebé –les advirtió Pinako –recuerden mis palabras siempre chicos, el primer bebé será muy tranquilo... El segundo es el verdadero infierno –dijo la mujer finalmente cerrando la puerta, Allen y Ed se miraron fijamente.

–Lastima Edén definitivamente no tendrás un hermano menor –le dijo Al a su sobrinito que trataba de comerse su dedo.

–¡Oye me costó mucho tener a ese bebé como volver a pasar por lo mismo una segunda vez! –dijo Ed molesto.

–Pensandolo bien no creo que tener un segundo bebé fuera mala idea. –dijo Allen pensativo.

–¡¿Tu también Allen?!... Solo porque este embarazo haya salido bien, no significa que lo volveré a hacer... Es más, ¡vete a dormir a tu habitación colado! –le grito Ed a Allen arrojandole una almohada.

–No estaba pensando en eso en realidad... No soportaria tenerte en esa situación de nuevo–afirmo Allen tomando el rostro del rubio entre sus manos, volviendo a acercar sus rostros pero en eso escucharon el ruido de la puerta cerrarse, Allen y Ed miraron y vieron que Al había escapado con el pequeño Edén.

Mi Alma Gemela II (Allward)Where stories live. Discover now