El baile de las máscaras

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Hohenheim merodeaba por la orden en compañía de Cross alrededor comenzó a rumorearse de su repentina aparición en la orden y reclamar ser el padre de Ed y Al.

El rubio tenía cierta inconsistencia, quería saber que era lo que haría la pareja con la llegada de su siguiente bebé. Cross solo lo seguía más como un guarda espaldas, fue entonces cuando llegaron hasta la habitación, el rubio tocó la puerta esperando alguna respuesta, pero no hubo, muy por el contrario escucho un ligero gemido del otro lado de la puerta, volvió a tocar esperando a que lo oyeran estaba molesto por aquello fue entonces cuando Allen abrió la puerta y dejo pasar a los dos adultos, Ed estaba sobre la cama durmiendo profundamente.

–No me dejaba levantarme últimamente duerme demasiado y no deja que me levanté –dijo Allen al ver a los dos adultos molestos.

–Bueno mientras sea eso, no quiero escuchar que estén haciendo esas cosas inapropiadas.

–¿Cosas inapropiadas?... Eso es algo privado.

–¿Privado?... Mira lo que le hiciste de nuevo –dijo Hohenheim molesto, entonces Ed abrió los ojos y vio a su padre, el rubio se recostó sobre el costado ignorandolo, su padre se acercó y lo agarro del hombro.

–Vamos pasa algo... Si te sientes mal solo dímelo –dijo Hohenheim tratando de ser amable, Ed suspiro y volteo a verlo.

–No eres ni la mitad de buen actor... –dijo regresando a su posición, Hohenheim solo dió un largo suspiro, y miro a la nada tratando de pensar en que decirle.

–Bueno solo te iba a preguntar... ¿Que es lo que harás respecto a...?

–No tengo otra opción más que tener al bebé... –dijo Ed desanimado, no sabía exactamente como corregir aquello, Maná literalmente le estaba obligando a dar a luz al bebé que no quería tener por cierto temor a repetir la historia que con Edén.

–Edward, puede que ahora estés un poco asustado por eso... Pero todo saldrá bien.

–No es muy tarde para decir esas palabras... –dijo el menor sin voltear a verlo, no le interesaba en nada lo que su padre tuviera que decirle, aceptarlo le costaría mucho trabajo.

–Solo digo que... Quiero hacer las pases, llevarnos bien y ser una familia nuevamente.

–¿Que familia?... Solo somos yo y Al, él y mamá esperaron tu llegada pero nunca apareciste... Yo sabía que nunca volverías pero aún así tuve que dejar que ellos mantuvieran sus esperanzas en que volvieras, mandamos cartas a todas las posibles ubicaciones donde estuvieras, nunca hubo respuestas de tu paradero hasta ahora que has decidido aparecer, no eres más que un tonto que ha perdido su tiempo –dijo Ed levantándose de la cama.

–Usted no vino en vano a ver el ridículo que hace el señor Hohenheim... ¿A qué vino? –pregunto Edward a Cross, este solo lo miro, no tenía nada más que pensar de su amigo y su difícil situación con el adolescente.

–Solo vine a informarles de una misión, no es muy importante que hagas gran cosa, después de todo yo los acompañaré.

–¡Y yo!... –exclamo el mayor de cabello rubio –sera divertido... Vamos a convivir los tres en un viaje a Versalles.

–Ni muerto –dijo Ed molesto.

–Lo siento pero es una decisión que ya está tomada –admitio Cross –El insiste en que quiere protegerte.

–No pienso ir si él irá... Me niego rotundamente.

1 hora más tarde...

–me impresiona que papá halla decidido venir a acompañarnos –dijo Alphonse a un lado de Ed en el tren, Allen suspiraba pesadamente, en el otro lado del vagón iban Hohenheim y Cross diciéndose de cosas estaban jugando un partido de cartas y por lo que se veía Cross había echo trampa de nuevo.

Mi Alma Gemela II (Allward)Where stories live. Discover now