Sentencia.

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El rubio dormía cansado de lo que había pasado después de aquellos días, sin embargo cada vez que sus ojos se cerraban una tortura se volvía, podía escuchar los gritos de las víctimas de Artur, eran pesadillas que lentamente iban robándole el sueño, Ed despertó con el sudor en la frente y sintiendo algo de dolor en su vientre.

Desde hacía unos días que comenzaba a dolerle, no quería ir a revisarse por miedo, pero está vez era inevitable, justo hoy tenía que ir a sus chequeos y ver cómo es que estaba progresando su embarazo, se levantó y se cambió de ropa, no vio a Allen ni a Eden en ningún lado, probablemente ya habían salido a comer, Ed salió por la puerta pero no vio a nadie a su alrededor... La puerta, todo estaba tan silencioso y el dolor en su vientre aumentaba, trató de apresurarse al sentir definitivamente que las cosas estaban mal pero al llegar vio algo que lo impacto, su propio cuerpo ya estaba dentro de la enfermería postrado en una cama no había nadie a su alrededor más que el pero podía escuchar voces provenientes de cuerpos traslúcidos.

–¿Porque nos dejaste solos? –esa era la voz de Allen vio una figura traslúcida al lado de la cama agarrando la mano del cuerpo inerte.

–No, porque tenías que irte... Maldición... Dios porque tenías que llevártelo...

–Ahora no tenemos opción... Es arriesgarnos a qué el Conde acabe con nosotros... O entrenar a la pequeña desde ahorita –dijo Cross sosteniendo una bebé en sus brazos.

–No, no permitiré eso... Ella no debe pelear está batalla, ni ella ni Edén lo harán –dijo Allen furioso.

–Pues no tienes opción, tanto Edén como ella son los últimos vestigios del corazón, ahora que se entiende y Ed fue el primero que lo descubrió, el corazón no solo es la inocencia...

Fue en ese momento que Al entró y vio a su hermano en la cama, se acercó y trató de tocarlo, se sentía frío.

–Mi hermano... Mi hermano... Esta muerto –exclamo Al, Ed solo quería llorar, entonces sintió que alguien lo tomaba del hombro lo miro y era él mismo.

–Tienes que evitar que Hohenheim se vaya, Maná no podrá hacer todo el trabajo y nuestro cuerpo gastará demasiada energía tratando de mantener a la pequeña con vida, al final nuestra vida se esfumara o si no la de ella, además no podemos dejarla sola, ella es nuestra pequeña... –dijo aquella versión suya.

–Esto... Esto es una visión... –exclamo Ed.

–Si, apresurate antes de que Hohenheim se vaya y no volvamos a verlo, nuestra bebé necesita de él y más que nada nosotros necesitamos de él... Ho sí no esto será lo que nos suceda.

(...)

Ed despertó de esa pesadilla, no sabía si aquello era una pesadilla, pero entendía algo... Debía detener a Hohenheim, despertó justo a tiempo para ver a Allen y a Eden dispuestos a salir de la habitación.

–¿A dónde iban y porque sin mí? –exclamo Ed.

–No, lo que pasa es que queríamos ir a despedir a Hohenheim, no quise despertarte ya que hubieras elegido no ir y básicamente estás molesto con él.

–No realmente además tengo que ir ahora mismo... –dijo Ed mientras se levantaba de la cama.

En la puerta de la orden dispuesto a irse llevando todos los libros de la evidencia en su maletín estaba Hohenheim, Cross estaba a su lado junto con Al, el rubio solo estaba esperando a su pequeño nieto para despedirse de él, pero no espero algo, vio a Ed correr hacía él, aquello lo preocupo en un inicio.

–¡Oye! –lo llamaba Ed y se puso en frente de Hohenheim abrazando una de sus piernas.

–Ed, levántate... –dijo Allen tratando de jalar a su futuro esposo, mientras sujetana a su bebé de un brazo.

Mi Alma Gemela II (Allward)Where stories live. Discover now