El mundo alrededor de Leo parecía detenerse o moverse más lento al chocar con esas dos bolitas de chocolate quien lo veía y le sonreía levemente. Su cabello estaba corto, llegando a los hombros, sus rasgos eran muy finos… Era igual que un atardecer, como las noches llenas de estrellas, como una rosa silvestre, las que su abuela tenía…. Era bellísima.
Nando veía la cara embobado de Leo y como estaba como estatua, al ver a aquella chica quien los había atacado. Había escuchado su nombre, Vale… Era la Valentina de su hermano menor.
Santiago al ver a su prima, corrió a abrazarla, sorprendiendo a Valentina por completo por el abrazo. - ¿Santiago? ¿puedes soltarme para saludar a Leo?- preguntó la joven viendo a su primo mayor quién no quería soltarla. Unos minutos después, lo hizo dejándole la opción a la guanajuatense de caminar hacia donde estaba la estatua de Leo. - ¿Leo? -
El cuerpo de Valentina sintió un golpe al sentir cómo algo se le unía a su cuerpo, viendo que era el joven poblano, quien la estaba abrazando. - Gracias a Dios que estás bien Vale…. Estaba muy asustado Luis…-
La castaña sonrió al sentir sus mejillas teñirse de color rojo al escuchar la voz de Leo, era más gruesa y se podía notar su preocupación. Igualmente, se había dado cuenta que Leo ya no era un niño como la última vez que lo había visto, si no que era un joven ya hecho y derecho, su cabello castaño seguía algo despeinado, sus facciones dejaban atrás las de un niño si no que ya eran de un hombre joven, incluso ya estaba más alto.
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La leyenda del Cerro de Teresona
Hayran KurguHabían pasado semanas desde la última aventura de Leo y Nando San Juan en Veracruz, pero lo que nunca pensó es reencontrarse con un Tiro y Pujó demasiado asustados.