XV.

295 44 0
                                    

Beelzebub se mantenía despierto toda la clase de cálculo.

Sus ojos parecían luchar por mantenerse abiertos, pero lo hacían. Y platicaba conmigo la hora entera.
A veces en susurros, a veces mediante golpes que subían de nivel hasta que nos sacaban del salón, o a veces de forma descarada.

Gracias al cielo el profesor lo apreciaba tanto que jamás nos dijo nada. Incluso he llegado a pensar que le gustaba vernos convivir.

Por otro lado, la maestra Perséfone no parecía querer verme ni en pintura. No me daba clases, pero encontrarla en el pasillo significaba un pase directo a prefectoría.

A pesar de que su mejor amigo siempre fue Adamas y la mía era Marie, nos volvimos un dúo inseparable.

...

Dogma [Beelzebub x Tesla]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora