Dogma [Beelzebub x Tesla]

XXI.

Hay una tarde-noche en particular que recuerdo muy bien.

Nos reunimos a ver The Big Bang Theory y armar un avión a escala. Un gran plan a nuestros plenos 19 años con el chico que me gustaba, lo sé.

Lo relevante no es el plan en sí, sino la interacción.

Ya no éramos amigos. Osea, si lo éramos, pero no sólo eso.
A menos que sea normal detener el mundo para ver los ojos de tu amigo.

Sólo hace falta recordar cuál era nuestro plan de diversión para saber de nuestro nulo conocimiento en este campo.

Fue un precioso día dónde platicamos como siempre y nos sentimos como nunca. Simplemente perfecto.

El único error que tuve fue no besarlo ese día. Habría sido un gran momento.

Pude hacerlo cuando vimos durante minutos la figura terminada; orgullosos de nuestro trabajo e intercambiando miradas.

Pude hacerlo cuando lavamos juntos los platos donde comimos el sushi que pedimos.

Pude hacerlo cuando lo noté viendo fijamente mis labios mientras le contaba sobre las bandas que irían a un festival en la ciudad, dentro de unos meses.

Pude hacerlo cuando le sugerí ir juntos.

Pude hacerlo cuando me preguntó si invitariamos al resto.

Pude hacerlo cuando le dije que no, que quería ir con él. Solos.

No sólo pude, sino que debí hacerlo ese día, pues sería el último en que vería a Beelzebub como lo conozco.

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