((☕))' 𝐎𝐎𝟔

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Le observé estupefacta, como si hubiera escuchado la peor broma del mundo y una risa quiso escaparse de mis labios porque el hecho era ridículo en sí y tal vez estúpido, realmente no sabía si William estaba delirando o si en verdad decía lo que sentía pero, si tanto le agradaba como decía, entonces, ¿Por qué me trataba de esa manera?

Sin embargo, no respondí durante un buen rato, estaba consciente de que él no se encontraba bien y probablemente decía incoherencias; eso era lo más lógico ante su confesión. Tal vez porque yo me negaba a aceptar lo inoportuno que había llegado a ser todo, o porque simplemente también me carcomía viva de nervios el saber que sus palabras habían provocado en efecto, estragos en mi interior. Mi estómago se revolvió y la palabras no dejaba de repetirse en mi cabeza tal y como una grabadora defectuosa.

Le agradaba.

Y aún no sabía por qué aquella palabra sonaba tan dulce para mi boca.

-- Pues yo debo dormir, mañana tengo trabajo.- - Mentí, con la más mínima esperanza de que cediera, incluso si estaba claro que sospecharía. Mañana era un feriado para mi cafetería, y todo Londres lo sabía porque en realidad, era un feriado a nivel nacional. Sin embargo, supuse que aún mantenía la esperanza de que me creyera. Ya no quería estar más con él, provocaba a mi corazón sentimientos que jamás había logrado entender y era justamente eso lo que más me exasperaba, que aquellos placenteros sentimientos eran desconocidos.

-- ¿Por qué mientes? -- William entrecerró sus ojos y se levantó del suelo sin despegar ni un momento su mirada de la mía. Intenté sonreír, pero en cambio solo me salió una mueca muy mal hecha; me había descubierto y sinceramente, tampoco me sorprendía que lo haga. Era pésima mintiendo, me ponía nerviosa y mucho más cuando de él se trataba.

-- Te estoy... - Ni siquiera pude terminar, porque noté esa arrogante sonrisa querer escapar de entre sus labios. Sabía lo nerviosa que me encontraba y eso lo hacía mucho peor, hacía mi cuerpo estremecerse y querer esconderme en una cueva por siempre. Era vergonzoso y más aún cuando estaba ya de pie, mirándolo desde abajo y haciéndome sentir tan inferior. William era tan alto y eso lo tenía por seguro.

-- No lo hagas.

Me quedé callada en repuesta. Era ridículo intentar enmendar mi excusa y él lo sabía mejor que nadie, me había atrapado y lo admitía. Solo quería irme y desaparecer, desvanecerme en la sala por no ser capaz de controlar los estragos en mi estómago, el estallo de emociones en mi cuerpo y aquel brillo que se reflejaba bajo mis ojos en la inmensa oscuridad. Creo que fue eso suficiente para delatarme por completo. Escuché una risa por su parte y me molestó, nuevamente se burlaba de mí.

- ¡Bien, tienes razón! - Alcé mis brazos en un torpe movimiento de fingir sorpresa, nuevamente se rió y la paciencia que creía tener todo este tiempo se estaba yendo por completo.

Ya no quería estar a su lado, él colmaba mi paciencia y con ello mi ánimo. Fruncí mis labios y negué con la cabeza, ya no quería seguir intentando decir estúpidas excusas cuando simplemente podía caminar e irme, al fin y al cabo, estaba casi segura que para el día siguiente también desaparecería y supuse que era eso lo mejor después de todo, incluso cuando algo dentro de mí, una insistencia tal vez, me pedía que no lo hiciera, que me quedara a su lado todo el tiempo posible. Porque quién podría saberlo, tal vez sería esa la última vez que lo vería.

Hasta intenté reconsiderar la idea y plantearme si era realmente necesario irme, William estaba jugando con mi molestia y supuse que le divertía. Pero en verdad me incomodaba, me despertaba sentimientos para nada favorables.

Sí, tal vez lo mejor era irme.

Comencé a dar cortos pasos por el pasillo, pero antes de poder desaparecer por la sala, sentí la mano William agarrar la mía suavemente.

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