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—¿Agustín?

El omega estaba sentado, con la mirada fija en el cuadro en la pared.

—¿Sí?

Nacho sostenía una caja y miró hacia atrás.

—Adelante, está despierto.

Lucio asomó la cabeza, con una pequeña sonrisa.

—Hola, Agustín.

—Hola...

Se frotó el ojo. No había podido tomar una siesta; en lugar de eso, se quedó despierto, mirando el cuadro de la pared. Marcos había escogido cada pieza de arte en esta casa y Agustín quedó impresionado de su gusto decente. La obra de arte era de Yari Juni. Agustín leyó mucho acerca de sus obras. Era ciega, pero aun así pintaba; Agustín estaba fascinado de cómo ella conseguía que cada pincelada combinara tan bien.

Agustin empezó a pintar desde que tenía un año. Mostró talento y sus padres le compraron materiales de arte, a pesar de que eran caros. En vez de querer hacer arte, lo presionaron a hacerlo. Cuando se tiene un artista en la familia, este podría trabajar para el Rey; y si es menor de edad, la familia entera recibe dinero.

Sin embargo, Agustín amaba el arte. Le gustaba ver algo transformarse cuando parecía que nunca lo haría. Agustín trabajaba duro, ponía sangre y sudor en todo lo que hacía, aunque lo forzaran o no. Agustin hacía oro.

—Joaquin ha regresado. —Nacho puso la caja a lado de su cama—. Marcos ha pedido que te traigan tus cosas, esto es todo.

—Desafortunadamente, Joaquin no ha encontrado a tu conejo.

Agustín asintió.

—No me extraña. —Frotó sus manos sobre la manta—. Solo viene por la noche. —Agustín suspiró suavemente—. Mi Pulgar...

Lucio ojeó a Nacho.

—¿Un pulgar?

Agustín meneó la cabeza.

—Lo llamé Pulgar.

Lucio sonrió con pesar.

—Lo siento, podemos pedirle que busque de nuevo.

—Por favor. —Agustín miró las cajas—. Gracias por traer mis cosas.

Nacho agachó la cabeza y cogió la mano de Lucio.

—Te dejaremos entonces-

—Esperen. —Agustín se sacó la cobija y bajó las piernas de la cama—. Yo... tengo una pregunta.

Nacho asintió.

—¿Sí?

Agustín miró las manos de la pareja.

—¿Qué es una tríada... para ustedes? Nunca había escuchado de eso antes.

Lucio retiró su mano de la de Nacho y la abrazó contra sí fuertemente.

—Me iré, por favor discúlpenme.

—No, por favor. —Agustín se mordió el labio—. Deseo saber. Es simple curiosidad.

Nacho cruzó los dedos delante de él.

—E-Es cuando tienes dos parejas en lugar de una.

—Lo sé, Marcos dijo eso, pero ¿qué es para ustedes?

Lucio ladeó la cabeza.

—¿No entiendo...?

—¿Por qué a todos les parece mal, pero no a ustedes?

ARIZELLA ; MARGUS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora