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-Mm. -Agustín frunció el ceño, volviendo a cambiar como persona. Se gruñó a sí mismo: ¡No puedo hacer esto!

Nacho suspiró suavemente. Este era el quinto intento de Agustín. -¿Se está concentrando?

-¡Obviamente! -Agustín se dejó caer de espaldas, desnudo, contra el pasto que picaba. Observaba las nubes bajas pasar flotando- Odio ser un lobo.

Nacho volvió a mirar a Lucio cuando éste atravesó el pasto. Asintió una vez en dirección a su omega y Lucio asintió de regreso.

-Bien. -Bajo la mirada hacia Agustín -No puede quedarse transformado por más de diez minutos

Lucio Se arrodillo, tocando el muslo de Agustín.

-¿Por qué no le gusta transformarse?

Agustín tocaba el pasto arriba de su cabeza, desconcentrado.

-¿Por qué tengo que cambiar?

Lucio posó una mano sobre Nacho cuando este se sentó también.

-Hay que tomarnos un momento. ¿Puede sentarse, Agustín?

-Si. -El omega obedeció, luego cogió la bata que estaba cerca. Cubrió la parte delantera de su cuerpo, jugaba con la manga de seda.

-¿Por qué no le gusta transformarse, de verdad?

-Nunca fui a la escuela para aprender. Mis manos...--Bajo la vista hacia sus suaves dedos, moviéndolos- Mis manos hacen arte; mi piel es arte-dijo en voz baja-. Puedo hacer más estando así. Soy más poderoso así. Los Humanos... -Trago saliva-Siempre tienen piel y carne, y aman su piel. Son capaces de hacer más con estas- Agustín levantó ambas manos-. Me gusto así. Me transformo cuando el instinto surge efecto, cuando necesito ser rápido.

Nacho frotó las manos sobre sus muslos.

-Pero usted es un lobo, Agustín. Hay una razón por la que se transforma cuando el instinto surge efecto. Está en su ADN, en su sangre. Ser un lobo es hermoso. Es toda una experiencia... Es todo para nosotros.

-Para ustedes.

-Agustín se encogió de hombros suavemente. No creo que esté mal... Todo el mundo es distinto.

-Nuestra Reina-empezó Lucio- Tiene que transformarse. Todas las Reinas de Arizella lo han hecho, es lo correcto. Somos lobos, usted es un lobo. Debe al menos intentar, mi Reina. Si no es por usted, entonces por Arizella, por su Rey.

Agustín hizo un puchero, los escalofríos recorrieron sus brazos ante la mención de Marcos. Miró el pasto y se quitó la bata. Se estremeció, sintiendo sus huesos crujir y romperse en ángulos extraños. Gruñó por lo bajo, sacudiendo su pelaje marrón claro contra el viento. Agustín avanzaba lentamente, sintiendo la tierra bajo sus patas, El lobo rodó sobre su espalda, miraba hacia el cielo de nuevo, lloriqueando suavemente.

-Su pelaje es hermoso, mi Reina-Lucio le sonrió y se apoyó en Nachol- Usted es pequeño y bastante adorable para admirar.

-Sí, estoy de acuerdo.

Agustín chilló delicadamente, tumbándose de lado. Se lamió una pata antes de reposar su cabeza sobre esta, volviendose somnoliento.

-Sh.-Julie recosto a Agustín gentilmente, sobándole una manta de piel en la mejilla-Estás bien.

-Marcos...-siguió quejándose Agustín suavemente, oliendo a Marcos de inmediato.

-Lamento haberte despertado, pero comenzó a llover y no queriamos que te mojaras. -Julie le pasó una mano por su cabello emplumado- Nuestro Rey sigue con el Consejo.

ARIZELLA ; MARGUS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora