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—Mm. -Agustín se removió suavemente, sintiendo la manta de piel presionada en su mejilla. Estiró las piernas, curvando los dedos de sus pies en el colchón. El omega parpadeó ante la vista de la larga ventana, se frotó los ojos frente al cielo oscuro.

-Estás despierto.

Agustín se sentó, con la manta de piel en su pecho. Miró a Marcos de arriba abajo, vestido solo con pantalones negros.

-Sí.-Rozó la suave manta con los dedos y presionó la cara contra ella-. Gracias... por permitirme dormir aquí. Agustín agarró su camisa de la cama.

-Es temprano, duerme.

Agustin asintió.

-¿Adónde vas?

-Afuera. -Marcos se dirigió a una silla para sentarse y cogió sus zapatos. Se los puso, luego se paró-. Hoy tendremos un simulacro. -Caminó hacia su cama-. Me mostrarás lo que has aprendido; si no aprendiste nada, volverás a estar encadenado, y con las de verdad.

Agustín tragó con fuerza.

-No quiero que me las vuelvan a poner.

-Entonces asegúrate de practicar bien con Nacho. - Cogió un abrigo y se detuvo en la puerta-. Duerme.Cuando despiertes, saluda a Nacho.

Agustín se enderezó.

-¿Puedo quedarme con esto en mi cuarto?

Marcos miró la manta de piel.

-No, es mío, se queda en mi cama.

Agustín frunció el ceño, somnoliento.

-Es suave.

-Entonces te buscaremos una manta. -Marcos abrió la puerta-.Adiós.

El omega se frotó el ojo.

-... adiós...

. . .

-Buenos días, mi Reina. -Nacho hizo una reverencia antes de irse hacia los pies de la cama. ¿Cómo ha dormido?

-Bien. -Agustín bostezó-. ¿Qué es esto?-entornó los ojos en dirección a Nacho-, ¿por qué estás siendo.... hablando diferente?

-Nuestro Rey me ha informado que hoy será su primer día de entrenamiento oficial. Hoy será tratado como lo sería una Reina. Le mostrará a nuestro Rey cuánto ha aprendido.

Agustín arrugó las cejas.

-No he aprendido nada.

Nacho respiró profundamente, lamiéndose los labios.

-Entonces nuestro Rey volverá a ponerte las cadenas y esta vez no te las quitarán.

Agustín bajó la vista.

-¿Dónde está?

-Nuestro Rey ha salido por la mañana. Usted empezará con una ducha.-Caminó hacia el lado de la cama y extendió una mano-. Arriba.

Agustín se aferró a la manta de piel con una mano y la otra a la mano de Nacho. Pisó el suelo despacio.

-Esto es... raro.

-No lo estás haciendo nada fácil. -Nacho se abstuvo de rodar los ojos-. Usted se bañará y luego Lucio vendrá a vestirlo. -Miró rápidamente la manta-. Puede dejar eso.

-Quiero llevarla a mi habitación.

-Si es lo que desea. -Nacho suspiró-. Venga, lo bañaré.

-Puedo bañarme solo. -Agustín dejó la manta de piel y soltó la mano de Nacho-. Estaré bien... ¡oye!

ARIZELLA ; MARGUS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora