Intermedio: El capitán y el espíritu

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Abro la puerta de la sala de navegación llevando un café en la mano. Mi Portador se encuentra parado estático ante el la gran cantidad de controles y botones que tiene la habitación.

—Aquí está su café, capitán—digo rompiendo el silencio.

—Ah, muy bien, muchas gracias.

Me quedo quieta en silencio mientras Roger sigue absorto en sus pensamientos.

—Disculpe, pero tengo algunas noticias que quizá sean importantes—comento.

Él me pone total atención.

—¿Qué sucede?—pregunta confundido.

—Siento dos presencias demoniacas en el barco, las noté desde hace rato pero no quise alarmarlo—informo.

—Bah, más demonios, me importa poco, no nos harán nada, te protegeré si hace falta—responde sin preocuparse demasiado.

—Hay una en específico que es demasiado abrumadora, me da pánico pensar en ello. La otra está bajando su intensidad ahora mismo—continúo.

—¿A qué te refieres?—dice sin entender.

—Un nido demoniaco está siendo aniquilado en este momento—explico.

—¿Qué? ¿Qué puede estar matando a criaturas como esas sin ninguna clase de complicación?—Roger ahora sí está alarmado.

—En el barco han aparecido muchas personas que no estaban al momento de zarpar, están uniformados y parecen trabar para algo llamado Sociedad de Hunters. Desconozco si ellos son los responsables de aniquilar el nido—informo.

—¿Cuántos son exactamente?—pregunta.

—Hasta el momento he contado a cincuenta de ellos, pero hace media hora aparecieron otros cuatro—respondo.

—No entiendo que es lo que hacen aquí...

—Puede que se trate de alguna organización que se dedique a cazar demonios—teorizo.

—¿Cazadores de demonios? Ese maldito bastardo no me dijo de nada como eso—Roger está furioso.

—Puede que estemos ante una batalla sin cuartel, los demonios no nos ayudarán y puede que nos ataquen, lo mismo con los cazadores—comento.

—No tenemos a donde ir... quizá fue mala idea venir aquí—se lamenta.

—¿Desea que investigue? Puedo usar mis habilidades espirituales para pasar desapercibida—propongo.

—Adelante, solo huye si encuentras algún demonio. De los cazadores me encargaré yo, si soy lo suficientemente cauteloso puedo matarlos uno a uno sin que se den cuenta—dice Roger.

—¿Va a hacer eso otra vez? Considero que es muy peligroso—cuestiono sin mucha confianza.

—No te preocupes, ya he salido de ello varias veces. Puedes adelantarte, te alcanzare después. Nuestra misión ahora mismo es cazar a los cazadores—responde.

Acto seguido activa su maldición. Un fuego negro lo consume y Roger entra en un trance. Si no logra recuperar la conciencia se convertirá en un demonio de clase D. Pero si puede activar su poder exitosamente entonces podrá luchar con su maldición.

Take a Picture—exclama mientras lucha contra los pensamientos negativos.

Una armadura oscura comienza a cubrir su cuerpo. Está prácticamente completa, solo le falta el casco. Roger logra reaccionar y controlarse nuevamente.

—Creo que estoy listo para luchar. Demonios o cazadores, los mataré por igual, aquí solo puede haber un capitán—comenta.

Una cara blasfema aparece en la pechera de la armadura. Según lo que nos contó el demonio con el que Roger hizo el pacto, justo en esa parte se encuentra el núcleo que sirve de combustible para la armadura, si es destruido, quien sea que esté usando su poder morirá.

La Promesa de Charlotte: Diario de Entrenamiento © | #1.5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora