—Tuviste algo que ver, ¿no es así? —susurró, fastidiado.
Ambos andaban por ese rumbo alejado en el bosque, ocultos gracias a sus respectivos hechizos de invisibilidad. Eran cuidadosos al caminar, a pesar de que rodeaban lo más que podían el lugar, algunos arqueros y guerreros elfos y humanos aún se encontraban vigilando una que otra área lejana entre los árboles y la naturaleza, cercano al río donde los príncipes elfos y la princesa ninfa fueron atacados días atrás.
—Qué molesto que aún no se hayan ido... —mencionó, saltando con presteza un tronco gigante caído, sin siquiera hacerle caso al mago.
—Oye, ¿me estás escuchando? —frunció las cejas al decirlo y, como pudo, apenas logró cruzar ese árbol hueco.
—Claro que lo hago, pero básicamente no me interesa —dijo sin inmutarse.
De a poco se dirigían demasiado al norte, lejos de los límites elfos, más que nada porque ese era el sendero que Feldspar seguía empeñado en continuar. Era raro para Cartman que Craig se dirigiera tan lejos de lo que era su área habitual o la que él consideraba era "habitual". Según le mencionó el ladrón a regañadientes cuando se toparon de casualidad es que: "voy a visitar a un amigo", pero ¿qué clase de "amigo" tiene en esos parajes tan alejados? ¿Sería otro asesino forastero de las montañas? O, quizás, si se atrevía a especular e imaginar, ¿un cliente proveniente de los reinos del Norte?
Cuando pasaron un buen tramo recorrido en un tiempo bastante razonable, ya lejos del río y del claro, deshicieron su invisibilidad. A esas alturas de la región, cercano a las faldas de las montañas de pico nevado, no habría ningún arquero o guerrero que los molestara.
Ahora el panorama era distinto. Los árboles de roble fueron reemplazados por abetos gigantes indicando así que ya no estaban en terrenos mágicos y entraban a territorios no tan desconocidos, pero sí peligrosos para quienes no conocieran bien esa zona.
—¿Que no te interesa? —volvió al punto de discusión en el que se quedaron atrás—. ¡Por tú culpa puedo ser ejecutado y puesto al descubierto!
—Yo no hice nada. Además no soy el único ladrón de Zaron, ¿lo recuerdas? Cientos de nosotros hacemos encargos incluso mientras hablamos —respondió, deteniéndose.
Por nada del mundo deseaba que Cartman siguiera adelante, a su único lugar seguro y de descanso lejos de los clientes molestos como él.
—¿Cómo sé que no me estás mintiendo? ¿Qué hiciste después de que te dejé el encargo para Tolkien? —Rabió aún más al cuestionarlo golpeando su pecho con el dedo—. Si no tienes la suerte de que no hayas sido tú... —amenazó con su báculo—. Te quemaré hasta las cenizas.
El pelinegro, debajo de su chullo ladeó los ojos al manotear lejos de su pecho la mano del castaño. Comenzaba a molestarle.
—Cálmate, mago. ¿Por qué te preocupas? Yo estuve en este mismo sitio —señaló el suelo de sus pies—. Aunque te sorprenda soy alguien de palabra —respondió firme, su voz nasal lo hacía parecer más amenazante—. Todos mis encargos son anónimos, pero te puedo asegurar que estuve todo el tiempo aquí a miles de kilómetros de tus preciadas tierras.
Eric tensó la mandíbula.
—Me preocupo, Feldspar —habló al recomponerse—. Porque puedo ser descubierto... si alguien se entromete en mi misión, todo lo que llevo de avance se habría ido al caño. El estúpido que se atrevió a hacer ese encargo de pociones, hará que no solo la treta de los McCormick sea descubierta si no también que todo tu preciado gremio caiga junto conmigo. El ataque no se hizo de oídos sordos ni ojos ciegos. Todas las criaturas mágicas de la región están pidiendo la cabeza de quien sea que haya hecho esos hechizos para atacar al preciado primogénito de los reyes elfos y el siguiente protector del linaje de la magia más poderosa de Zaron. Solo será cuestión de tiempo para que los destruyan... con la Vara de la Verdad ellos pueden hacerlo de un segundo a otro.
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Destino incierto
FanfictionPARTE I de la Saga del Multiverso. El conflicto entre humanos y elfos parece existir desde mucho antes que Kyle Broflovski, futuro regente de las tierras de los elfos, naciera y supiera siquiera qué hacer con su reino. Ahora, la monarquía mágica ha...