Cuando Kyle se metió a aquella sala de estudio en el segundo piso, Cartman entró estrepitosamente detrás de él.
—¿Qué pasó, Khal? ¿Estás bien? ¿Qué sucede? —preguntó de manera atropellada.
—No es nada —dijo sin mirarlo.
Sus ojos estaban cristalinos y sus orejas caídas. El ceño fruncido y sus puños cerrados temblaban ligeramente. No quería que el mago lo viera de esa manera, en esa vulnerabilidad tan tonta y vergonzosa para él.
—Es por el pendejo de Stan, ¿no es así? —Frunció el entrecejo.
«¿Qué es lo que le pasa al elfo? —Pensó, una creciente desesperación despertaba en él—. Después de todos estos días, de nuestro tiempo juntos... Todo vuelve a repetirse. Como en esa estúpida época. ¿De verdad sigue queriendo a ese pendejo? ¡Ya se va a casar, por el amor de los Dioses! ¡¿Por qué es que sigue pensando en él?! ¡¿Cómo es que no puede olvidarlo si yo estoy aquí?!».
Kyle no respondió.
Claro que no era por él... Bueno, sí era el motivo, pero era más su desengaño con respecto a sí mismo. Se sentía como un completo estúpido por crearse todos esos sentimientos inmaduros en la cabeza, que lo cegaron durante tanto tiempo... Tanto como para no ver lo que siempre tuvo enfrente.
Cartman entró en una crisis, en medio de su ira, de sus pensamientos de fatalidad. Porque... Si perdía a Kyle, ¿qué sentido tenía todo lo que hacía por él? ¿Por ambos? ¿Qué sentido tendría entonces pelear contra aquél hombre?
Fue a zancadas hasta el príncipe y lo obligó a mirarlo, lastimando y apretando sus muñecas en el proceso.
—¡Es por Stan, ¿no es así?!
Volvió a cuestionar, sin importarle si alguien más los escuchaba o si se metía en problemas. Tenían que aclararlo, necesitaba saberlo. Cosas como ésta, cosas que tenían que ver con su relación con Kyle lo ponían así de paranoico.
Las comisuras de los ojos del príncipe derramaron un par de lágrimas y se quejó visiblemente ante esa terrible fuerza del mago. ¿A qué venía esa furia? ¿Por qué estaba tan enojado? ¡Esto ni siquiera era su problema! ¿Por qué se ponía tan intenso?
—¡Auch, Cartman! —Se removió del agarre bruscamente—. ¡Suéltame! ¡¿Qué te pasa?!
No pudo responder a la pregunta, Stan llegó antes de siquiera hablar o decir algo entre ellos.
—¡Kyle! Kyle...
Entró el guerrero, encontrándose con tal escena. Sin embargo, no leyendo muy bien la atmósfera y creyendo que peleaban por una tontería como usualmente lo hacían en el pasado, preguntó:
—Kyle, ¿estás bien? Necesito hablar contigo...
—No tiene nada que hablar contigo, Stan. Vete y déjanos solos —respondió, hostil.
—Wow, ¿qué sucede? ¿Acaso hice algo mal? —Frunció el ceño.
—Cartman... —le llamó la atención Kyle, molesto—. Ya has hecho suficiente. Tú eres el que tienes que irte... Claro, Stan, yo... Hablaré contigo.
Eric tensó su mandíbula, chasqueó la lengua y salió colérico cerrando la puerta de un portazo detrás de él.
«Si se quiere quedar con Stan, bien, que así sea, me da igual».
Decía para sí mismo, en ese sentimiento de despecho absoluto. Aunque este se vio opacado por la sorpresa, al ver a alguien que parecía ser butters corriendo por su vida a la distancia. Siendo seguido por un séquito de elfos, entre ellos, el pendejo de Donnely.
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Destino incierto
FanfictionPARTE I de la Saga del Multiverso. El conflicto entre humanos y elfos parece existir desde mucho antes que Kyle Broflovski, futuro regente de las tierras de los elfos, naciera y supiera siquiera qué hacer con su reino. Ahora, la monarquía mágica ha...