Renjun decidió quedarse el fin de semana. Podía posponer sus asuntos un poco más de tiempo. Al fin y al cabo, una noticia de tal magnitud debía de tomarse con cautela, en especial si su hermana se mostraba en un estado continuo de ensimismamiento. Esperaba ansioso volver a ver a sus padres. Los adoraba, y se sentía orgulloso de ser su hijo. A su parecer, seguían siendo las dos mejores personas que había conocido. Wendy y Jaehyun, que así era como se llamaban sus padres, tenían una vida bastante ajetreada. No permanecían en casa demasiado tiempo y cuando lo hacían, intentaban aprovechar cada segundo lo mejor posible. Aquella iba a ser una de esas grandes ocasiones. Cuando Ning avisó a su madre de la inminente llegada de Renjun, estallaron en pura alegría. Se morían de ganas por ver a su hijo mayor.
Las dos de la tarde era la hora que marcaba el reloj de pared. Un ruido de neumáticos se filtró a través de la ventana para anunciar la llegada de los anfitriones. Ning salió corriendo y Ren la siguió de cerca. El todoterreno de color negro que había aparcado justo delante de la entrada rugió por última vez. Las puertas delanteras se abrieron y de él salieron esas dos personas tan importantes para ellos.
Wendy sonrió con ganas y salió al encuentro de sus hijos. Tenía el pelo algo revuelto a causa del viento, y unas oscuras gafas de sol cubrían sus preciosos ojos claros. Estaba a un palmo de Renjun cuando estuvo a punto de gritar de la emoción, como si le costase creer que lo tenía justo delante.
—¡Mi pequeño! -exclamó su madre— ¡Has venido!
Le dio un abrazo tan fuerte que a Renjun le empezaron a doler las costillas en ese preciso momento. Aguantó la respiración hasta que segundos después se separaron.
—¿Cómo estás, cariño? Hace mucho tiempo que no te veíamos.
—Lo sé -admitió Renjun—. He estado muy ocupado...
—No importa -interrumpió su padre—. ¿Le das un abrazo a tu padre?
Renjun sonrió de oreja a oreja. En momentos como ese se veía a sí mismo convertido de nuevo en un niño, deseando que su padre lo cogiese en brazos y lo hiciera sentirse especial. A pesar de los años que habían pasado, en el fondo todo seguía igual que siempre.
Después de organizar el innecesario caos que se había formado, Ning y Wendy se pusieron manos a la obra. Se metieron en la cocina y estuvieron un buen rato preparando la comida. Era una pasión que ambas compartían. De igual modo que Renjun se tomaba las cosas con más calma, como su padre. Los dos estaban en el salón, percibiendo ese agradable silencio que envolvía la colorida estancia llena de cuadros, flores y una cantidad infinita de recuerdos.
Jaehyun leía el periódico al mismo tiempo que tenía puesta toda su atención en su hijo mayor.
—Bueno, ¿qué opinas de lo de Ningning? —susurró.
—No lo sé, papá. —Renjun se encogió de hombros—. A mí me ha tomado totalmente por sorpresa, pero creo que por esta vez debemos hacer una excepción.
Su padre arqueó las cejas, como si aquello no le convenciera del todo.
—¿Tú crees? A mí me parece un error más.
—Lo sé, pero ya no es una cría. Antes podían obligarla a seguir sus normas, pero ya no tiene dieciocho años. Hace tiempo que no se mete en líos, así que supongo que debemos darle una oportunidad.
—¿Y si se equivoca? No sería la primera vez —carraspeó—. Ni la segunda, ni la tercera...
—Papá, Ning debe equivocarse para seguir madurando. En algunos aspectos aún debe mejorar bastante, pero no podemos interponernos entre ella y sus planes por el simple hecho de tener presente el pasado. —Se cruzó de brazos—. Ella misma me lo dijo anoche.
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Los ángeles también lloran [ADAPTACIÓN JAEMREN - NCT]
FanfictionAutor: Concepción Liébana García Adaptación: Renmin/Jaemren (principal), mención de otros shipps. Caps: 181 + epílogo Actualizaciones rápidas. ¿Y si la vida te diera una segunda oportunidad ¿Lo arriesgarías todo por volver a ser feliz o renuncia...