Renjun estaba en un lugar desconocido; jamás había estado allí. Tenía la carne de gallina y el cuerpo empapado a causa de la lluvia. Jaemin lo había estado siguiendo y se negaba a dejarlo en paz. Con el corazón en un puño, él se resistía una y otra vez, consciente de que lo suyo jamás podría ser. A pesar de eso, acababa rodeado por los fuertes brazos de él, apretándolo contra su torso y diciendo verdades cerca de su oído que hubiera preferido no volver a escuchar. Sin previo aviso, el hombre al que tanto
había amado, y que aún seguía queriendo, se acercaba a él lentamente, clavando sus ojos color avellana en los suyos propios. Un destello mágico, algo imposible de describir con palabras. Después de resistirse a la tentación, el chico de ojos verdes acabó por caer en ella, besándole en silencio, pero transmitiendo un mensaje puro, más allá de cualquier palabra. Pero entonces, algo malo ocurría: Ning aparecía en medio de la oscuridad, llorando y profiriendo fuertes alaridos de dolor y decepción. Acababa de darse cuenta de la traición que se había gestado delante de sus propios ojos. En ese
momento, todo desaparecía en un torbellino de imágenes borrosas.Entonces escuchó algo más, un imperativo proveniente del mundo real.
—¡Despierta!
Renjun abrió los ojos.
—Ren —susurró Ning—. ¿Estás bien?
No entendía lo que acababa de pasar. Tenía las sienes sudorosas y las manos le temblaban, frías como dos trozos de hielo.
—¿Qué? —Se incorporó lentamente—. ¿Qué ha pasado?
Ning acarició su frente, respirando algo más aliviada.
—Estabas teniendo una pesadilla. He preferido despertarte.
Renjun observó los preciosos ojos azules de su hermana pequeña.
—¿Cuánto tiempo llevas aquí?
—El suficiente para rescatarte —bromeó—. En serio, ¿ya estás mejor?
Su hermano no sabía ni qué decir. Aún creía que seguía soñando, al no acabarse de creer lo imaginativa que era su mente.
—Creo que sí. Una mala pesadilla.
—¿Qué ocurría?
Ren disimuló no entender a qué se refería.
—¿Qué?
—Tu sueño —insistió—. ¿Qué estaba pasando para que estuvieras tan rígido?
—No… me acuerdo —mintió—. Ya sabes que si te despiertan antes de que el sueño termine, al despertar no recuerdas nada.
—Lástima —comentó Ning—. Seguro que debía de ser algo emocionante.
No sabes cuánto, pensó Renjun para sus adentros. Se apartó un poco para que Ning se sentara con más comodidad. Pasados varios minutos en silencio, Ning decidió marcharse pero Renjun la sujetó con suavidad de la muñeca.
—¿Puedes… quedarte aquí un poco más? —preguntó.
—¿Quieres que me quede? Vaya, esa sí que es nueva. Se suponía que era a mí a la que le daba miedo la oscuridad.
Renjun rio por lo bajo.
—A veces los hermanos mayores también necesitamos algo de compañía.
Como si en el fondo ella también lo hubiera estado pidiendo a gritos, Ning se tumbó al lado de su hermano, respirando lentamente, fijando la vista en el techo.
A su entender, debió de pasar una eternidad, pero finalmente Renjun acabó por volver a hablar, intentando acortar distancias.
—Ning, yo…
ESTÁS LEYENDO
Los ángeles también lloran [ADAPTACIÓN JAEMREN - NCT]
FanfictionAutor: Concepción Liébana García Adaptación: Renmin/Jaemren (principal), mención de otros shipps. Caps: 181 + epílogo Actualizaciones rápidas. ¿Y si la vida te diera una segunda oportunidad ¿Lo arriesgarías todo por volver a ser feliz o renuncia...