Jaque Mate

22 El Talón de Aquiles

Entonces, lo que hay que notar aquí es que la línea de tiempo está un poco atrasada. Porsche no es capturado ni consciente de su embarazo, esta es Kim estando allí después de que Kinn le pide que vigile a Porchay, justo desde donde terminé la primera parte.

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Joder, joder, joder... Kim maldijo cuando sintió que le salpicaban café caliente en la palma derecha. ¿De dónde diablos salió esta maldita camarera? Su palma ya se está enrojeciendo a un ritmo alarmante.

"Lo siento, lo siento señor. Realmente lo siento, señor. No lo vi venir. Es mi culpa. Oh Dios..." La camarera estaba al borde de las lágrimas. Ella realmente no vio al tipo cruzando entre las mesas y ahora parece que quiere asesinarla de manera muy grotesca.

Kim estaba a punto de agarrar el arma que llevaba metida en el cinturón cuando una figura inesperada pero familiar apareció detrás de la camarera.

"¿Todo bien aquí?" Porchay se separó de sus fans para venir a ver cuál era el revuelo. "Dios mío, eso va a dejar cicatriz". Los ojos, que ya eran grandes, se agrandaron aún más después de ver las quemaduras de primer grado en la mano de Kim. De repente, el niño agarró la mano ilesa de Kim y comenzó a caminar hacia el fregadero. Todo el instinto de Kim le gritaba que apartara su mano de las garras de los chicos. Nadie ha tocado nunca a Kim sin su permiso y con tanta libertad. Ellos saben mejor que eso. Kim lo odia absolutamente y quiere romper cada dedo del chico que se atrevió a tocarlo. Pero no puede. No se trata de una persona cualquiera sobre la que pueda desatar su ira como mejor le parezca. No todavía, de todos modos. La mandíbula de Kim se tensó mientras permanecía allí y dejaba que el chico se preocupara por él.

Porchay inmediatamente abrió el grifo y puso la palma debajo. Estaba preocupado por las marcas rojas que aparecían en él. Dios, Sun Ah está jodido. El jefe ya estaba perdiendo la paciencia con ella por lo torpe que es. "Lo siento mucho por mi compañero de trabajo. Fue un desafortunado accidente". Porchay se volvió hacia la cocina y gritó. "Hyung, trae algunos cubitos de hielo y un recipiente con agua". El niño se giró para mirar al hombre esperando ver una cara de dolor o enojo, o si tienen mala suerte, una combinación de ambas. Pero lo que vio fue un rostro sin emociones. Era como mirar una estatua. Si esos ojos fríos no se hubieran movido como si estuvieran tratando de estudiar sus rasgos, Porchay realmente habría creído que el hombre parado frente a él era una estatua o al menos un robot. Pero uno muy guapo; su mente no pudo evitar registrarlo.

"¿Cómo se siente señor?"

Antes de que el hombre pudiera responder, otro cliente apareció de repente en la puerta del baño. El hombre parecía frenético y se quedó allí como si fuera a atacar a alguien.

"Jeff, ¿qué pasó? ¿Estás herido? ¿Es una quemadura? ¿Quién diablos lo hizo?" Vaya, vaya, vaya... cálmate, hombre. Porchay estaba realmente sorprendido por la forma en que se comportaba el nuevo. Volvió a mirar al herido y Jeff lo vio poner los ojos en blanco. "Es sólo una quemadura, cálmate".

"¿Deberíamos ir a un hospital?"

"No hay necesidad."

En ese momento ya ha llegado un bol con cubitos de hielo. Porchay transfirió suavemente la palma de debajo de la pipa al recipiente. "Lo sentimos mucho, señor. ¿Qué tal si se sienta en una mesa con este tazón y yo voy a buscarle un buen café y un poco de pastelería, señor? La casa invita".

"Está bien. No es necesario. Ya comimos".

"Oh..." Porchay no supo qué decir más. Esto es incómodo. Oye, ¿no estaban hablando tailandés hace un minuto?

"¿Ustedes son de Tailandia?" Porchay preguntó con entusiasmo para llenar el silencio.

"Sí. De Bangkok."