El reinicio de todas las cosas

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La gente iba y venía hacía mí agradecida de haberlos liberado para siempre de Desirée y sus malvados hechizos, los malos días habían terminado para ellos y una nueva era de esperanza surgía, pero todavía me sentía incómodo recibiendo tantas felicitaciones y agradecimientos como si fuera ese insoportable Potter, pero debo admitir que me agrada. Por el rabillo del ojo vi a Kaia recibiendo amorosa a mi hermano Septimus, algo me dice que mi hermano se ha enamorado de ella y al fin ha aceptado sus sentimientos, será una buena madre para Augustus quién la recibe lleno de amor.

Los guardianes, ya de nuevo en sus formas humanas trajeron ante mí, encadenado con cadenas hechas por Caeroleus, a Norman Nix, al parecer el tener un aliado que sabe manipular el hielo también tiene sus ventajas. Norman me mira lleno de odio y rencor, al acercarse a mí escupió en el suelo y vocifero:

-¡MALDITO SEAS SEVERUS SNAPE! ¡MISERABLE MAGO DE CUARTA! ¡SIEMPRE ESTÁS POR DELANTE DE MIS PLANES!-

-Dilucidar la mente de Desirée no fue difícil para un Legeremante experto, comprendí que alguien que puede manejar Artes Mentales con esa maestría se requiere de magia negra muy avanzada que una naga no puede aprender por sí sola más que por medio de un Maestro de Artes Oscuras experto y quién más cumplía con ese perfil era Norman Nix. Nunca he confiado mucho en la seguridad de Azkaban desde lo ocurrido con Sirius Black hace tiempo, supuse que Norman Nix pronto volvería a hacer de las suyas, nunca dejo nada al azar, una habilidad que hasta el mismo Albus Dumbledore admiraba en mí y supo como aprovechar bien. En cuanto a tus acciones recientes, temo que solo queda un camino- y saque mi varita apuntándole directamente, Norman me miró con malicia.

-Aún eres un desgraciado mortífago ¡ANDA, MÁTAME, ERES IGUAL QUE YO, SOLO COMO LOS TUYOS SABEN HACERLO!-

Inhale y exhale varias veces hasta que pronuncié un conjuro que Dumbledore me había enseñado hace tiempo, Norman se encogió ante mis ojos hasta tomar la forma de una rata negra que pude tome del cuello y deposité en una jaula diciéndole:

-YO JAMÁS SERÉ COMO TÚ, JAMÁS VOLVERÉ A SER UN MORTÍFAGO-

Entonces le entregué la jaula a Christopher y a Ramses diciéndoles:

-Mántengalo vigilado en todo momento- a lo que ellos asintieron sin decir una palabra, más Christopher me miró orgulloso y me dijo:

-Sabía que eras más de lo que aparenta ser, Severus-

Entonces una lluvia de luz llegó hasta mí y me levantó frente a toda la audiencia que miraba asombrada.

"No lo entiendo ¿Que me sucede?" pensé y entonces sentí un ligero cosquilleo como si algo o alguien me estuviera quitando una vendita o una costra y vi como mi Marca Tenebrosa se zafaba de mi piel sin que sufriera dolor y se desvanecía al contacto de esa luz blanca. Entonces oí una voz a mi alrededor diciendo:

-Bien hecho. Bienvenido a casa hijo mío. Ahora eres libre para ser tu mismo-

 Ahora eres libre para ser tu mismo-

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Severus Snape y los Guardianes de la Magia (Lecciones de justicia e identidad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora