Un Halloween de altura

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Todos los derechos a los autores originales de las imágenes. Espero que disfruten mucho el capítulo queridos lectores, no olviden dejar sus votos y comentarios.

Después de recibir la noticia fatídica en boca de mi sobrino Augustus, no puede dormir bien en toda la noche pensando que mi destino estaba a la vuelta de la esquina y no me sentía física y mentalmente preparado. Estaba ansioso y preocupado, para la nueva obligación que yo y toda mi familia tenía que afrontar. A media noche no lo soporté más y decidí escribirle una carta exponiendo todo mi estrés y preocupaciones y mandarla a través de la magia del cristal que sostenía mi cuello con un simple toque a la única persona que sentía qué podía ayudarme: Dexter Lovelace. Él había sido la primera persona en mi vida que realmente se había interesado por conocerme tal y cómo soy (sin olvidar a Eileen, la enfermera qué me ayudó cuando estaba en San Mungo, por supuesto) y me había ayudado a ver lo que no podía. Gracias a él había superado algunos traumas de mi pasado o abierto mi mente hacia otra perspectiva, perspectiva que necesitaba más que nunca. Después de terminar de redactarla y enviarla, logré conciliar el sueño.

En la mañana de Halloween, desperté con un olor exquisito a gachas de avena, huevos revueltos, pan tostado y jugo de naranja en mi despacho. Al incorporarme de la cama, ví a mi amada Iliana sosteniendo la bandeja de mi desayuno y sonriente.
-Buenos días cariño...veo que te desvelaste escribiendo, así que un desayuno saludable te hará mucho bien para este día tan ajetreado-
Le sonreí, besé sus labios de fresas tan suaves cuál rosas y la abracé con todo mi amor.
-Gracias amor, te amo mucho mi Iliana..- y ella me tendió la bandeja para que comiera a placer. -¿No has desayunado?-
-No te preocupes amor, ya lo he hecho... ahora voy de camino a mi trabajo en el Profeta, pero decidí hacerte el desayuno antes de irme, los elfos estuvieron encantados de ayudarme y hasta me enseñaron nuevas recetas, así que regresaré antes de que empiece la fiesta de Halloween para ayudar con la comida qué se servirá está noche.- y me miró enternecida y triste -supongo que deseas que te dejé solo está noche, irás al cementerio a saludar a una amiga, lo entiendo-
-De hecho- y la miré de frente con amor- quisiera que estés a mi lado. Sé que a Lily le gustaría que una amiga la visitara-
Iliana sonrió amorosa y volvimos a besarnos con calidez y cariño mutuos. Después de un rato, ella se separó de mí y se dirigió a la chimenea con polvos flu en la mano para ir a su trabajo en el Profeta despidiéndose con un beso y una sonrisa. No sé cuánto tiempo pasó hasta que la puerta de mi despacho se abrió, regresandome a mi realidad. Era Séptimus con ojeras bajo los ojos y parecía molesto.
-¿Cómo es posible que le hayas propuesto algo así Severus?¡Cómo si no tuviera más estrés del que tiene! ¡Es sólo un chico!-
"Debía saber que Augustus se delataría solito" pensé enfurruñado. Tomé aire y me dirigí a mi hermano:
-Septimus...no sé qué te haya contado Augustus, siéntate un momento- y le señalé su sillón - y te diré por qué lo he hecho-
-¡Él no tuvo que contarme nada! ¡Sus acciones de ayer lo delataron!- Séptimus se sentó en su sillón de golpe- ¡Ayer lo pesqué queriendo entrar a la habitación de Fausto Bellemore usando ésto!- y puso frente a mí un gancho de ropa torcido- Yo estaba ahí por qué necesitaba que revisaras unos trabajos de pociones de quinto curso cuando escuché ruidos muy extraños que provenían de los pasillos de las mazmorras, fui y Vi a Augustus usando ésto con una capa invisible mal puesta. Sólo me bastó ver su mirada culpable para saber que estaba haciendo algo indebido y le eche en cara su vergüenza y mal proceder, más quitarle a Gryffindor 100 puntos por su acción, armé tal algarabía que no sé si alerté o desperté a Fausto por qué abrió la puerta de su habitación molesto y me exigió una explicación. Yo estaba a punto de decirle todo lo que había visto cuando Fausto solo le bastó una mirada hacia Augustus para saber lo que planeaba hacer, por qué le dijo:
-Supongo que fue Severus Snape el que te pidió que me espiaras para saber por qué sé lo que sé de su familia...bien puedes darle éste mensaje de mi parte: Aunque quisiera, prometí no decir nada y espero que pueda darle un mejor ejemplo a Augustus. Luego se despidió de nosotros y volvió a sus aposentos dejándonos en ascuas. Me lo llevé a mi despacho y ahí me contó todo. ¡Aunque sí le confisque la capa de invisibilidad y le di un castigo limpiando todos los inodoros de Hogwarts sin magia por una semana para que no volviera a hacer semejante cosa! Pero no lo entiendo, Severus, ¿¡Por qué involucraste a mi hijo, a tu propia sangre a tal deshonor!? ¡¿Te das cuenta de lo que pudo haber pasado si se enteraban en Hogwarts o los mismos Guardianes?!- Séptimus hervía de indignación y rabia.
-Lo sé hermano y te pido una disculpa por ello, ¡Es sólo que estoy desesperado por respuestas y nadie quiere darmelas! Sé que a diferencia de Iliana y Augustus, no he convido mucho contigo Séptimus, debido a tus trabajos en el Ministerio, y tengo responsabilidad en ello, pero necesito que me escuches con atención- y comencé a contarle todo lo que me había sucedido desde que los Guardianes habían llegado a mi vida, sus clases tan variadas y únicas como ellos mismos, los nuevos hechizos y pociones qué hasta ahora había aprendido hasta el misterio acerca del apellido de mi familia materna y por qué había enviado a Augustus a espiar a Fausto. Cuando termine de explicar todo, Séptimus estaba boquiabierto como un pez y sus manos temblaban en las agarraderas del sillón. Cuando se recuperó, tomó aire de nuevo y me encaró:
-Si lo que has conjeturado es cierto... entonces ¡Es probable que tengas al menos un pariente vivo de la familia de tu madre si Ramsés y tú se parecen tanto! De hecho, yo mismo me di cuenta del enorme parecido entre ustedes, pero no quise decir nada hasta tener pruebas más fehacientes y con las idas y venidas al Ministerio y siendo tu reemplazo en las clases de Pociones, lo relegue... pero...¿Quién es ese tal Sebastián Prince?-
-Por más que intento recordar el árbol genealógico de mi madre, no puedo saberlo Séptimus. Por eso necesitaba conocer que sabía Fausto-
-¡Aún así, eso no te daba derecho de obligarle a hacer algo tan temerario y estúpido!-
-Lo sé y asumo toda mi responsabilidad en esto. Sólo no seas tan duro con él mientras cumple su castigo. Tú y yo sabemos mejor que nadie los efectos del rencor mal encauzado. Hablaremos con Augustus y le diremos que desista de su nefasta misión y sé de cuenta de las consecuencias de su proceder-
-Estoy de acuerdo Severus. Será mejor que lo hagamos antes de la fiesta de Halloween-
-Hablando de ésta, supongo que los Guardianes planean hacer otra de sus "exhibiciones de grandeza" para está noche-
-No estás tan errado, de hecho también venía no sólo para aclarar el asunto con mi hijo, también para decirte que Christopher te está esperando en el campo de Quidditch con los demás, quieren que participes en lo que sea qué estén planeando-
-¡Estupendo!- resople con fastidio -Ahora seré parte de su estúpida presentación para ser la burla de toda Hogwarts.- y ambos nos dirigimos a la puerta del despacho.
-Si necesitas entendimiento, yo también pienso que todo éste espectáculo que hacen es una soberbia tontería...si necesitas un "compañero de sarcasmo" estaré dando clases a esos alcornoques de sexto-
-Hablando de eso...¿Cómo te va en las clases de Pociones?-
-¡Esos alcornoques cabezas de chorlito siguen sin diferenciar el Filtro de Paz y la Solución relajante!-
-Eso supuse-
Ambos sonreímos y nos fuimos en direcciones opuestas.

Severus Snape y los Guardianes de la Magia (Lecciones de justicia e identidad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora