9

8.5K 775 2
                                    




Jennie

Nací aquí, crecí, jugué y cada uno de mis momentos felices y amargos, los recuerdo en esta casa, en esta habitación. En cada pared, en cada rincón y habitación de este lugar está resumida mi vida entera. En esta casa está todo lo que conozco, todo lo que soy, todo lo que amo.

Sorbo mi nariz, dejando de mirar por mi ventana la casa de jardín. Cierro las cortinas, apartándome del lugar y poniendo mis ojos sobre las dos maletas que descansan al pie de la cama.

Mi último fin de semana en casa fué el peor de todos, no salí en ningún momento, ni siquiera para comer. No he vuelto a hablar con mi padre, tampoco lo he visto, y la única vez que pregunté por él, fué al día siguiente de la confesión, recibiendo como respuesta un "Se fué al trabajo".

Todo el fín de semana estuve organizando todo los detalles de la mudanza a otro país. Mi familia no volvió a mencionar mi embarazo, y yo sólo me enfoque en concluir con todo rápido.

Tomando aire y sosteniendo las lágrimas que me provocan el vacío y la nostalgia, cojo mis maletas y salgo dándole un último vistazo a la habitación que por años he habitado.

Camino lentamente por los pasillos, queriendo que todo sea un sueño, que alguien me levante y me diga que no estoy por marcharme, que mi padre no me odia, que no se siente decepcionado de mí y que de ninguna manera estoy embarazada de una mujer a la que a penas conozco.

Pero nada de eso sucede, y al llegar a la planta principal, los rostros entristecidos de mis hermanas y madre me abofetean con la realidad. Todos estan aquí, desde Jisoo y mi madre, hasta mis cuñadas y sobrinos, todos exepto papá.

Sonrío triste cuando mamá empieza a llorar.

-Te vamos a extrañar tanto, bebé.
- solloza envolviendome en un abrazo lleno de cariño.

-Tía, no te vayas, yo... Yo no quiero que te vayas..- murmura Lia y no me queda más que sonreírle forzadamente.

-Nos veremos pronto, preciosa...-susurro agachándome frente a ella, quién asiente y se va a los brazos de su madre.

Enfoco a Liam quien está abrazado a las piernas de su madre tratando de ocultar sus lágrimas, lo tomo de uno de sus bracitos atrayendolo hacia mí para envolverlo en el abrazo que siento necesitar más que él.

-No llores, bebé, voy a llamarte.- susurro contra su cuello intentando levantarle el ánimo.

-Te voy a extrañar, tía Jen.- me dice antes de dejar un beso en mi frente y separarse, sonrío con los ojos en los suyos sientiendo el vacío acentuandose en mi pecho.

Limpio de inmediato la lágrima que se me sale, levantándome para quedar frente a Irene y Jisoo. Me voy contra Jisoo cuando los labios me tiembla y el sollozo sale sin permiso de mi garganta.

-Tu siempre serás mi segunda héroina favorita, Jisoo.- susurro con la voz ronca y con una sonrisa triste.-Te voy a extrañar tanto.

-Y tu mi pequeña hermanita favorita, princesa.- alude dejando un beso en mi frente- También te voy a extrañar
mucho ,Jendukie.

La suelto girandome en dirección a Irene, quién al igual que mamá, no reprime las lágrimas.

-Lo siento, Irene...- me disculpo con el corazón roto, creyendo fervientemente que esto ha sido mi culpa, que la tristeza de todos se debe a mí.- Te voy a extrañar como a nadie.- ella asiente viniendo a mis brazos- Cuida mucho a Yeji y háblale de su tía favorita.- intento bromear, pero apenas ríe- Y por favor visitame, con todos. Prometo que algún día te contaré todo.- digo en un tono más bajo- Y por favor... Despideme de papá.- concluyo.

Y el llanto a ella le niega tanto la palabra, que sólo asiente y besa mi frente. Me despido del resto, limpiándome las lágrimas antes de salir de casa, sintiendo no más que un hoyo vacío en el lugar de mi corazón.

Los empleados ya se han encargado de guarda las maletas en el taxi que me llevará al aeropuerto, por lo que me encamino sola y sin nada, hasta meterme en los asientos traseros encamino del taxi, dedicándoles un último despido a las personas que me siguieron hasta afuera.

Dentro del auto dejo que las lágrimas salgan mientras me guardo cada fracción de sus rostros en el alma, viéndolos llorar mi partida. Inconscientemente levanto la mirada hacía la ventana que da justo en la habitación de mis padres y ahí lo miro, apenas y se puede ver su rostro por las cortinas.

Mi padre está allí observando como me marcho y no ha bajado ni siquiera para despedirse con un "Adios Jennie " y eso me rasga aún más el alma, duele como el infierno saber que no merezco ni un saludo de su parte.

Quito mis ojos de la ventana y vuelvo a las personas en la entrada, cuando el motor del taxi sueno, y doy un último vistazo a la que había sido mí casa, mi hogar, mientras el auto avanzaba y yo me quedo con la imagen de mis hermanas, sobrinos, cuñadas y mi madre despidiéndome con las manos en la entrada de la imponente casa, y el rostro de mi padre escondido detrás de las cortinas de su habitación.

La última imagen de mi familia en mi antigua casa en un país que no se si volveré.

«De ahora en adelante seremos sólo tu y yo» acaricio mi vientre plano.

Al llegar al aeropuerto voy directamente a la sala de abordaje. El domingo en la tarde Había hablado con Lalisa y habíamos quedado en que a las seis de la mañana su Jet privado estaría esperando por mí en el aeropuerto y una vez en Los Ángeles ella llegaría por mí.



Y así fué, al llegar el jet estaba listo para despegar, el piloto estaba esperando por mí, y una vez terminado todo el chequeo pertinente, nos dirigimos -el piloto y yo- hacía el jet.

Una vez adentro me abroche el cinturón tal y como me había ordenado carlos -el piloto-recostando mi cabeza en la ventanilla del jet y mirando lentamente como esté empezaba a alejarme del lugar donde estaba mi familia, mis amigos, mi vida...

«Talvez este cambio sea bueno»

Me digo a mi misma en un bajo intento por hacer desaparecer el sentimiento de soledad y nostalgia que se ha apoderado de mí en el momento exacto en el que el jet dejó de tocar el suelo.

.....

Hace como dos horas que el Jet había aterrizó en Los Ángeles, dos horas en las que estoy esperando a Lalisa frente al aeropuerto con todas las maletas a mi alrededor.

Son las doce del medio día, muero de hambre, estoy cansada, y lo único que puedo pensar es en recostarme. Estoy enojada, me siento estúpida por haber esperado tanto. Un deportivo negro se estaciona frente a mí en el momento exacto en que me decido a tomar un taxi, me quedo mirando desconfiadamente el auto hasta que Lalisa baja por la puerta del conductor.

-Lo siento, no pude desocuparme antes.
- se excusa a modo de saludo. La miro para luego alzarme los hombros restándole importancia, aunque por dentro estoy realmente cabreada.

Lalisa guarda las maletas que pudo en el maletero de la camioneta para luego venir a mí y abrirme la puerta del copiloto, invitándome a subir, me adentro al auto y enseguida rodea el vehículo, subiendo al asiento del piloto nuevamente, se pone en marcha y pronto nos vemos atrapadas en el tráfico.

-¿Como has estado?¿Que tal estuvo el viaje?- pregunta rompiendo el incómodo silencio que nos había empezado a invadir.

-He estado bien, gracias. Y el viaje también estuvo bien-constesto sin más.

-Bien... Y ¿A dónde vamos?-pregunta de nuevo. Le extiendo un papel dónde había anotado la dirección de mi nueva casa, ella asiente y no dice nada más.

Poco tiempo pasa cuando nos introducimos a una villa privada, las casas son grandes y están un poco -mucho- alejadas unas de otras, el lugar es muy bonito, todo estaba limpió y tranquilo.

Lalisa detuvo el auto en frente de mi nueva casa que en persona se veía mucho mas grande y bonita que en fotos.

-Aquí es, está es tu nueva casa- dice ella, y asiento volteando a mirarla un segundo.

Mi nueva casa.

==================================================================

MI HERMOSO ERROR (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora