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Jennie

—Adiós Lily —se despidió Taehyung de la bebé que yacía en su andadera.

Mi hija lo miró y sonrió, sabía reconocer su nombre, y cada vez que lo escuchaba de alguién como un saludo sonreía, pero cuando lo interpretaba como un regaño hacía pucheros muy tiernos. Era muy inteligente.

—Adiós preciosa.—me sonrío a mí.

—Hasta luego Taehyung, nos vemos mañana—dije con una sonrisa.

—Iré a tu oficina para preparar todo con Sehun.— Rodé los ojos, en una semana sería mi cumpleaños número veintiséis, la verdad, pensaba hacer solo una pequeña celebración con mi familia y amigos más cercanos, pero él me había convencido de hacer algo más grande.—No pongas esa cara Jen; te lo mereces, además será tu primer cumpleaños conmigo, dejame consentirte ¿Si?—dijo poniendo una cara a la cual no podía negarme.

—Pero me basta que estén sólo ustedes y mi familia, Taehyung.- susurré intentando una vez más.

—Te prometo que sólo seremos, personas conocidas-aseguró decidido, levantando su brazo derecho—¿Está bien?—apreté los labios resignada, para finalmente asentirle con una sonrisa. Él dio un último beso a mi frente y se dirigió a la puerta de entrada y salió cerrando a sus espaldas.

Me gire hacía Lily que jugaba con una muñeca que Taehyung le acababa de regalar por su cumple mes y le hice una mueca graciosa, ocasionando que riera a carcajadas y yo también lo hice.

La tomé y subí las escaleras para prepararnos e ir a la cama.

......

El sonido del timbre de la entrada me despertó, miré la hora en mi celular y eran las cinco de la mañana, ¿Quien podría ser a estás horas?. Tomé el albonoz rosa pálido de la pijama y antes de salir a abrir, lave mis dientes y cara, de pasó di una visita rápida a la habitación de Lily.

Aún seguía dormida.

Baje las escaleras y me dirigí a la entrada. Por una ventana por dónde se coloca la luz del exterior, pude ver que el sol aún estaba muy opaco, ni siquiera había amanecido del todo.

—¿Papá?— la pregunta salió por sí sola de mis labios, estaba sorprendida de verlo en mi casa sin ningún aviso de antemano y sobre todo a estás horas. Él se hizo paso por la puerta y entró al recibidor, cerré la puerta y lo miré—¿Por qué no me dijiste que venías? Te hubiera preparado la habitación.

—Sólo vine de paso hija. Estoy aquí para concluir algunos negocios.—otra sorpresa en lo poco que va de día ¿Por qué? Pues, por el simple hecho de que mi padre no viajaba nunca por negocios.

Él solía invitar a los hombres y mujeres con los que tenía negocios a casa, de esta manera evaluaba el interes que tenían ellos en invertir con él, eso fue lo que un día le dijo a Jisoo.

—Y no quería irme sin hablar contigo antes.— Bien, ya entendía porque había venido.

—Dime papá.— insité sentándome en el sillón, él también lo hizo pero en frente de mí.

—Perdón.

Tercera sorpresa del día.

En realidad no sabía a lo que se refería, y talvez mi cara se lo hizo saber ya que continuó:

—Perdón. Perdón, por lo que te hice Jen , te eché de casa cuando tú más necesitabas de mí; de nosotros como familia.—bajó la cara.—Pero me dolió hija, de alguna manera pensé que contigo sería igual que con Irene; que te irías, pero regresarías tal y como ella lo hizo.—dijo ocasionando que las lágrimas se acumularan en mis ojos.

Su disculpa me daban una alegría que no podía ni explicar. En todo este tiempo habíamos estado en tregua, como él había propuesto en un principio, pero todo era como si siguiéramos peleados, él sólo me hablaba para lo estrictamente necesario, pero con Lily eres totalmente diferente. A ella la trataba como a mí cuando era pequeña, cuando me llamaba era solo para preguntar por ella, y de alguna manera me había adactado a su trato para conmigo, pero extrañaba enormemente la relación que tenía con él en el pasado, y de antemano sabía que esta conversación sería la reconstrucción de dicha relación.

—Papá, no tienes que disculparte.—susurré entre cortada por las emociones que surcaban mi pecho.

—Claro que sí, mi amor, estos últimos meses esta culpabilidad que siento no me deja dormir, siento que fui muy injusto contigo.— iba a hablar pero él me interrumpió colocando un dedo al frente.— Déjame hablar Jennie; yo fuí muy injusto contigo... Quería lo mejor para tí y cuando nos confesaste que estabas embarazada sentí muchas cosas, no estaba preparado. Estaba muy decepcionado, y cuando te negaste a mencionar el nombre del padre, el enojó fué enorme, Por eso... Por ello te eché de la casa, pero creí que regresarías, cuando tú madre me dijo a donde irías, solo pude pensar que talvez te demorarías un poco más que Irene, pero que al final ibas a regresar, creí que te habías ido por un berrinche, aunque fuí yo quién te pidió que te marcharas creí que no lo harías. Quería que  te quedaras.

Bajé la cara para limpiarme la cara.

—El día que te fuiste— continuó— Estaba en mi habitación, observé detenidamente como te subías al auto, tenía la pequeña esperanza de que salieras de él antes que se marchara.— Ese día vino a mi mente, y con él, la imagen de mi padre con su rostro apenas visible por estar escondido detrás de una cortina— Cuando el auto avanzó contigo dentro, sentí que se llevaba una parte escensial de mí en él, pero no hice nada para detenerte, sólo me quedé allí parado mientras veía el auto marcharse hasta desaparecer de mi vista. Pronto el tiempo empezó a pasar y yo estaba convencido de que regresarías, pasó una semana, que pronto se convirtió en un mes y luego en dos... Te extrañaba Jennie, pero lo guardé para mí, el tiempo siguió pasando hasta que ya habían pasado nueve meses y fué cuando te volví a ver.

Estaba llorando, estábamos llorando. Papá también lo hacía conmigo, esto era algo que atesoraría en mi mente.

—Hoy solo he venido a disculparme, sólo quiero decirte que te amo y nunca he dejado de hacerlo, ¿Sabes? Hace un año, no creí que llegarías a tanto, y creeme, hija, cuando te digo que toda la decepción que sentí en algún momento, hoy en día se a transformado en absoluto orgullo y admiración. Estoy completamente orgulloso de tí, mi niña pequeña.—A esté punto, mis lágrimas fluían sin detenimiento alguno.— Debo admitir que pensé que no llegarías a este punto y cuando te demorabas en regresar a casa, yo solo deseaba que la herencia de mi madre se te acabara, creí que de esa manera... Lo siento nena.

—No tengo nada que perdonarte papá, y gracias, no sabes lo mucho que significa para mí todo esto.—dije tratando de que mi voz sonara bien, y lo abracé, mientras lloraba en su hombro.

—Regresa a casa cariño, ven con la pequeña princesa a vivir de nuevo con nosotros, en tu hogar tu país, de dónde no debiste salir nunca.

No podía creer lo que me estaba proponiendo y durante los primeros meses de mi estadía en Los Ángeles, no hubiera dudado ni un segundo en aceptar su propuesta, pero ahora era diferente, Ahora tenía una empresa y otras cosas por las que no podía aceptar.

—Papá, ahora tengo una empresa, no puedo simplemente dejarla e irme.—susurré en su dirección.

—Sabes muy bien que puedes ocuparte de ella desde Corea, Jennie — dijo mirándome a los ojos.

—Lo siento papá, talvez está propuesta la hubiera aceptado con los ojos cerrados si hubiera llegado hace unos meses atrás, pero ahora no padre. He aprendido a querer este lugar, esta casa. Ahora este es mi hogar, no puedo, no quiero irme, no ahora.—me sinceré, él me miró, sonrió y asintió.

—Te entiendo, bebé, es difícil desprenderse de un lugar que te ha dado tanto, que te ha sobreguardado y dónde has tenido momentos malos, pero también buenos—sentí recordando lo difícil que fue irme de mi hogar, dónde viví mi infancia, dónde deje mi niñez para empezar una vida de adulta.— Pero aún así, cuando quieras regresar a casa, dónde está tu familia, serán recibidas con las los brazos abiertos.


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MI HERMOSO ERROR (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora