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Hacía varios minutos que el jet de la empresa aterrizó en el aeropuerto de México. Viajar con Hobi fué divertido, es un hombre muy gracioso, con sus ocurrencias hizo que el viaje fuera más llevadero para mí.

Son las diez de la noche, tenemos varios minutos esperando a Martha Mendoza, la señora encargada de la boutique y quien nos llevaría al hotel.

—¿Tienes hijos Hobi?– pregunté para sacar un tema de conversación.

—¡Si! Tengo dos– Dijo alegre– un niño de ocho años, se llama kook y el otro  de dos años, su nombre es Jimin – dijo nostálgico.– me separé de su madre hace seis meses desdé entonces, solo los puedo ver los fines de semana– dijo con una sonrisa triste.

—Oh, Lo siento.–dije un poco apenada.

—No, no se preocupe señorita–sonrió.

Le devolví la sonrisa y decidí quedarme callada hasta que pasarán por nosotros. Quería llamar a Lisa, quería saber como estaba mi bebé, si ya se había dormido, si ya había comido....

—Disculpen– la voz de una mujer interrumpió mis pensamientos –¿Son ustedes la señora Jennie Kim y el señor Hobi?– preguntó.

—Así es. – respondío Hobi en un perfecto español.

—¡Oh! Mucho gusto, yo soy Martha Mendoza, la encargada de la boutique  Chanel Fashion  MX – dijo extendiendo su mano hacía mí.

—Un gusto, Jennie kim – dije en español tomando su mano.

La señora Martha tendió su mano a Hobi y después de la presentación, nos pidió que la siguiéramos y así lo hicimos, hasta que llegamos a un auto blanco en el estacionamiento del aeropuerto. Hobi y yo metimos nuestras maletas en el maletero y continuamente, los tres nos subimos al vehículo; Martha de piloto, Hobi de copiloto y yo en los asientos de pasajeros.

Hobi y Martha iban hablando, mientras yo no podía esperar más para llegar al hotel para poner a cargar mi celular y llamar Lisa para saber de mi hija, ¿y para que negarlo? También de ella.

—Aquí es. – comentó la señora Mendoza estacionando el auto frente a un gran edificio.

Bajamos los tres del auto y sacamos las maletas, al entrar al livin del hotel un hombre con uniforme pidió nuestro equipaje para ayudarnos y se las cedimos, dando propinas.

—Buenas noches, señorita he hecho dos reservaciones– habló la señora Martha a la recepcionista.– a nombre de Jennie Kim y Hobi Moore– dijo y la mujer tras el mostrador empezó a teclear en la computadora frente a ella.

—Las suites principales–reiteró la mujer y la señora Marta asintió – aquí están sus llaves.–Nos dió un par de tarjetas de acceso.

—Muy bien señores, hasta aquí los acompaño, Tengan buenas noches– dijo amablemente.

—Muchas gracias por su ayuda señora Mendoza.–sonreí.

—No se preocupe señorita Kim– habló haciendo un ademán con las manos– y por favor sólo digame Martha, es usted la dueña de la boutique, mi jefa. Pasaré por ambos a las siete de la mañana – dijo.

—Está bien Martha, Buenas noches– dije despidiendome de ella– buenas noches Hobi, hasta mañana, hasta mañana– añadí girando sobre mis talones, escuchando afirmativas de ambos y caminando hacia el ascensor con el joven que traía mi maleta detrás de mí.

Lo primero que hice al entrar a la habitación fue sacar el cargador y mi celular del bolso y conectar el cable a un toma corriente y continuamente conectar el celular al otro extremo del cargador.

MI HERMOSO ERROR (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora