Mʏ Pʀᴇᴛᴛʏ Gɪʀʟ (+18) [Bᴀᴋᴜɢᴏ Kᴀᴛsᴜᴋɪ X Lᴇᴄᴛᴏʀᴀ]

C2.- Every Fucking Night

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El sonoro y molesto ruido del timbre sonando te despertó de tu maravilloso sueño. Te diste la vuelta y cerraste los ojos en un vago intento de volver a dormir e ignorar el timbre, pero fue imposible.

Con el pasar de los minutos aquel sonido se hacía más presente y, a tu parecer, más alto, por lo que al final tuviste que levantarte de la cama con un ligero dolor de cabeza.

— ¡Ya voy! — Alzaste la voz para que se te pudiese oír y que el timbre dejase de sonar por unos breves segundos.

Te acercaste a la puerta arrastrando los pies por el cansancio y, sin siquiera mirar por la mirilla, como hubieses hecho en condiciones normales, abriste.

Rápidamente sentiste unos brazos que te empujaban hacia dentro de tu departamento con facilidad pues no pusiste resistencia alguna. Con algo de trabajo lograste distinguir la figura y saber de quien se trataba.

No te esperaste que Jirou te tirara al sofá mientras cerraba la puerta principal para sentarse junto a ti con una mirada de preocupación.

Se tomó unos segundos para pensar en que iba a decir, tú estabas colocándote de mejor forma para estar cómoda y escuchar lo que te tenía que decir.

— ¿Pasó algo cuando te dejé sola? — Preguntó algo alterada cosa que hizo que una mueca se formara en tu cara al no entender bien a qué se refería. Al parecer ello lo entendió y reformuló la pregunta. — ¿Te hizo algo? — Volvió a preguntar mientras te miraba atenta.

Separaste la mirada para pensar en lo que pasó anoche, pero nada malo cruzó tu mente por lo que la volviste a mirar y negaste con la cabeza. Ella soltó un suspiro de alivio y te abrazó pillándote de improviso por lo que brincaste levemente al sentir sus brazos envolverte.

— Lo siento, no debí dejarte sola con él — Dijo ella lamentándose por algo que no entendías, le acababas de decir que no había pasado nada, ¿por qué te pedía perdón?

Te separaste del abrazo para mirarla a los ojos — ¿Por qué te disculpas? No pasó nada malo — Dijiste y luego tu cara se transformó en una pícara. — Además, tú disfrutaste con el rubio ese, ¿o no? — La molestaste con una ceja levantada y una sonrisa adornando tu rostro haciendo que la peli morada se sonrojara por tus palabras y apartara la mirada avergonzada.

— No debí hacer eso, fue egoísta y encima te dejé junto con el peor chico del mundo — Dijo ella haciendo que el calor de sus mejillas desapareciese y volviese a disculparse.

Aquello provocó que fruncieras el ceño — Primero, no es egoísta, te gusta, ¿no? — Hablaste viendo como se ponía colorada a lo que supusiste que era una respuesta en afirmativa. — Entonces estabas en todo tu derecho de pasar una linda noche con él. Segundo, te he dicho varias veces que no ha pasado nada. Tercero, ¿el peor chico? Sé que es irritable y algo egocéntrico, pero ¿tanto?

Ella te miró con las cejas alzadas por la sorpresa que se acababa de llevar al escucharte hablar así de él.

— ¿Un poco? Chica, no conoces nada a ese hombre. Es la persona más desagradable y con peor carácter del país y me atrevo a decir del mundo — Hablo ella mientras te agarraba por los hombros centrando toda tu atención en sus palabras.

— ¿Tú sí lo conoces? — Le preguntaste con seriedad en tus palabras.

Ella suspiró y te soltó — Sí... Trabajé con él antes de dedicarme a bailar — Dijo ella recordando todo lo que había querido dejar atrás, pero le era imposible y sabía que ahora era parte de ella.