Capítulo 14

2K 188 8
                                    

Los días pasaron y finalmente llegó el martes. Jimin no dejaba de sentirse inquieto, mordía su bolígrafo constantemente o movía su pie nerviosamente. Miraba hacia la puerta del aula repetidamente, pues estaban en la última hora de clases y Jungkook no había aparecido en todo el día.

Le parecía muy extraño, ya que Jungkook nunca faltaba a clases. Pensó que tal vez tenía algún problema o simplemente había decidido no venir, lo cual lo ponía muy nervioso. Se preguntaba si, en caso de no venir, seguirían con el plan de ir a su casa o si lo estaría esperando fuera del instituto.

Eunwoo, quien estaba sentado a su lado, lo observaba con el ceño fruncido. Había notado que Jimin estaba diferente durante todo el día y aunque le preguntó si ocurría algo, Jimin lo negó. Pero Eunwoo no era tonto y algo no le cuadraba desde hace días. Desde el incidente en el barrio de Jungkook, entendía que Jimin no quisiera hablar sobre lo sucedido y cómo escapó, pero había pasado más de una semana y Jimin seguía reacio a decir algo.

Eunwoo tenía una sospecha, pero prefirió guardársela.

El timbre sonó y los estudiantes empezaron a recoger sus cosas para irse a casa. Jimin no hizo el menor esfuerzo por disimular, recogiendo todo con una prisa exagerada.

—Tienes mucha prisa —bromeó Eunwoo.

—Mis padres quieren que esté pronto en casa —mintió Jimin mientras se colgaba la mochila en los hombros.

—Entiendo —murmuró Eunwoo, imitando su acción, pero recordando algo—. Pero, ¿tus padres no trabajan hasta la tarde?

—S-sí, pero... —tartamudeó Jimin sin saber qué decir.

—Jimin, ¿de verdad no pasa nada? —preguntó preocupado.

—Bueno, si, pero es una  tontería. Problemas familiares, nada importante. —dijo Jimin, desviando la mirada avergonzado.

—Si necesitas mi ayuda, aquí estoy. Nunca hablas de tus padres, no sabia que tenias problemas con ellos. —dijo Eunwoo en un tono bajo.

—No es nada grave —dijo, restándole importancia. Todos pensaban que su familia era perfecta, sin discusiones, y Jimin no permitiría que pensaran lo contrario.

Jimin se mordió los labios, sintiéndose mal por su amigo. Odiaba mentirle, pero hacía tiempo que lo hacía, ocultándole la verdadera relación que tenía con sus padres. Ahora, Eunwoo ni siquiera sabía que hablaba con Jungkook.

Jimin había empezado a ocultarle cosas debido al comportamiento que tenía Eunwoo. Su mejor amigo había cambiado, su actitud y pensamientos eran más inmaduros e insensatos. Intentaba hacer reír a todos, como si quisiera encajar en todas partes. Jimin a veces tenía la impresión de que Eunwoo quería ser igual o más popular que él, pero el pensamiento le parecía tan absurdo que lo descartaba de inmediato.

Jimin mentiría si dijera que no le daba lástima ver cómo su amistad había cambiado. Quería que volvieran a ser como antes. Pero, ¿podrían?

—Me tengo que ir, ya hablamos —se despidió Jimin rápidamente, saliendo de clase.

Caminó con pasos rápidos hacia la salida. Una vez fuera, buscó a Jungkook con la mirada, pero no lo vio. Se sentó en un banco cercano, esperando impaciente.

Los minutos pasaban y no quedaba ningún alumno cerca. Cuando estaba a punto de desistir, vio a alguien acercarse. Al instante lo reconoció: era Jungkook, caminando con semblante serio, vestido completamente de negro, con una camiseta de mangas cortas que dejaba ver sus tatuajes.

—Perdón por tardar, me surgió algo.

—No pasa nada —respondió Jimin con las mejillas rojas, observó al azabache notando que se veía mas sexy de lo normal—. ¿Nos vamos?

El hijo de un asesino ● KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora