Capítulo 21

2K 195 11
                                    

Jimin nunca antes se había sentido tan jodidamente bien. Los suaves besos que Jungkook le daba en el cuello apenas le permitían pensar.

De repente, algo hizo clic en la mente de Jungkook. Le dio un último beso antes de sentarse en la cama con las mejillas rojas y sintiendo su cuerpo como gelatina.

Jimin se incorporó de inmediato, sentándose en la cama. Miró al mayor, buscando algo que decir, pero no se le ocurría nada.

—Lo siento. No sé qué me ha pasado —comentó Jungkook después de un minuto.

—No pasa nada, yo tampoco me he controlado.

Jungkook asintió y luego posó su mirada en el rubio. Al ver su aspecto, no pudo evitar soltar una carcajada.

—Oye, ¿de qué te ríes? —exclamó ofendido el rubio, para luego terminar riéndose junto con él.

—Menudos dos —sonrió de lado, pero entonces se puso serio—. Jimin, sé que has venido a hablar sobre lo ocurrido en el instituto, pero no sé qué creer.

—Entiendo tu comportamiento y que desconfíes de mí. Bueno, en verdad no lo entiendo... O sea, sí, pero no —se levantó de la cama, buscando las palabras adecuadas—. Hemos estado hablando durante meses, he venido muchos martes aquí para jugar con Yiren, y cada vez que piso este barrio me acojono, pero lo hago por vosotros dos —comentó rápidamente—. También te he invitado a mi casa, he tenido pequeños detalles contigo, como lo de las galletas y hacerte la cena.

Jungkook lo miraba atentamente, escuchando cada palabra.

—Nos acabamos de besar... He venido a este barrio completamente solo dos veces, sabiendo que pueden hacerme algo, pero no me importa. ¿Y sabes por qué? —cuestionó tímido—. Porque me importas más tú. No quiero que te alejes por algo que no es verdad. Y ahora mismo no tengo ni idea de cómo hacer para que confíes en mí —finalizó.

Jungkook bajó la cabeza, pensando en todo lo que le había dicho. Pero luego suspiró y se levantó para acercarse al rubio.

—Tienes razón. Has hecho mucho por mí y por Yiren —suspiró—. Pero demuéstrame que no es cierto, solo no quiero que vuelvan a jugar conmigo...

—No te preocupes, descubriré qué ha pasado, cómo Eunwoo y Jaebum se han enterado de eso... aunque me hago una vaga idea de cómo —dijo, quedándose pensativo durante unos segundos.

Entonces volvió a la realidad cuando Jungkook posó una mano en su mejilla. Sus miradas se encontraron, ambos teniendo el mismo pensamiento.

—Jimin, sobre el beso... —sus palabras se trabaron en su garganta, pues no tenía ni puta idea de cómo manejar la situación.

—¿Te arrepientes? —intuyó Jimin por el silencio del mayor.

—No —respondió al instante—. Solo es que no tengo ni idea de qué decir.

El menor soltó una pequeña risa. Ver a Jungkook en ese estado tan tímido era su faceta favorita.

—Con que no te arrepientas es suficiente para mí.

—¿Pero puedo volver a besarte? —preguntó en voz baja.

—Tendrás que esperar —pronunció malicioso—. Ahora me tengo que ir. Aprovecharé ahora que tu madre y hermana están durmiendo, y todavía no es de noche.

Jimin depositó un pequeño beso en la mejilla del contrario y se dirigió a la puerta dispuesto a quitarle el seguro para irse.

—O podrías quedarte.

Jimin se giró para mirarlo con una sonrisa ladeada, Jungkook se acercó nuevamente al rubio y lo tomó suavemente de la cintura.

—Mi madre se va a trabajar en unas horas, así que puedes quedarte a dormir —dejó un beso en su cuello—. Cuando se vaya, saldremos. ¿Te parece bien?

El hijo de un asesino ● KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora