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15 de Agosto de 2023

Después de estar paseando por casas y restaurantes cerca de la playa de donde estaban, se detuvieron frente a una cafetería, el lugar le pareció familiar a Hao. Un sentimiento de nostalgia lo invadió.

—Solía venir con Hee a este lugar —sonrió con ojos melancólicos —, siempre nos sentábamos allí —señaló una mesa al fondo de todo casi escondida con un ventanal grande al lado —era su mesa favorita

—¿Ah sí? —miró curioso —¿porqué?

—Porque podíamos ver el exterior —caminó hacia la mesa y el pelinegro lo siguió —podíamos ver cada estación por el ventanal, cuando salía el sol, cuando nevaba, cuando llovía y también cuando las flores de cerezo se deslizaban por el suelo con el viento

—Qué bonito —escuchaba atento

—Eran buenos tiempos —suspiró melancólico

—Bienvenidos, ¿que van a pedir? —el mesero se acercó a los dos chicos

—Dos americanos —dijo el pelinegro

—Okey, enseguida —el chico desapareció de la escena volviendo a dejar solos a los dos jóvenes

—Hao, después de esto podemos separarnos para repartir los volantes

—¿Crees que lo de los volantes es una buena idea? —frunció los labios —creo que es muy intenso de mi parte esto

—Claro que no, mientras más información haya, la gente contactará más fácil con Heeseung si es que lo conocen

—¿Tu crees?

—Claro que sí —sonrió cálidamente —siempre tienes las mejores ideas

—Aquí tienen sus cafés —entregó las dos bebidas y volvió a desaparecer

—Uh, se ve bien —lo probó —está delicioso, aún conserva el mismo sabor que hace años

—Podemos venir seguido si quieres, antes de regresar a Seúl

—¡Me encantaría!

Continuaron conversando de otras cosas, siempre que hablaban de algo se acordaban de otra cosa y terminaban cambiando de tema sin querer.

Al acabar su estadía en la cafetería se separaron para repartir los volantes a las personas y pegarlos en algunas zonas del lugar. Hao había avanzado bastante con forme pasaban las horas y esperaba que Hanbin también.

Ya se hacía tarde así que tuvo que regresar al hotel, al llegar no encontró al pelinegro por ningún lado, le timbró dos veces pero este no contestó, pero aún así se mantuvo tranquilo, seguro estaba ocupado todavía.

Sacó una olla y colocó agua a hervir, iba a hacer fideos instantáneos para que estén listo para cuando llegue Hanbin, sólo esperaba que no se demore mucho.

Minutos después, los platos ya estaban servidos, pero no iba a comer hasta que llegara él. Estuvo esperando unos diez minutos, por suerte la sopa estaba caliente aún. Hao se empezó a preocupar, ya iban a ser las 8pm y el pelinegro seguía sin contestar.

De pronto, la puerta de la sala se abrió entrando el mencionado feliz sin volantes en la mano, al parecer repartió todos.

—Oh, estás aquí

—Te estaba llamando, me preocupé porque no llegabas —corrió y lo primero que hizo fue abrazarlo

—Me estaba quedando sin batería y lo puse en modo ahorro, quizás por eso no sonó

—Hice ramyeon, quizás ya se enfrió pero te estaba esperando, valor que lo hice con amor

—Está bien —rió. Tomó una cuchara dirigiéndose a uno de los platos y lo probó, estaba tibio —sabe muy bien, vamos a comer de una vez

En la mesa comenzaron a disfrutar de la comida, estaba delicioso, Hao habría hecho más pero sólo habían dos paquetes de esos fideos. De repente, mientras acababa su plato notó que Hanbin llevaba su chaqueta con cierre hasta el cuello, fue algo que lo extrañó.

—¿No te molesta cerrarte eso hasta tan arriba en tanto calor? —bromeó

—Oh, un poco sí —sonrió —está muy rico el ramyeon, ¿de qué marca es? —cambió de tema repentinamente, pero Hao no sospechó nada y contestó su pregunta

...

Ya estaban dispuestos a dormir, Hao vio al pelinegro apoyado en la cabecera de la cama mientras revisaba su celular. Se acercó a este sentándose a su lado y apoyando su cabeza en el hombro de este.

—Hoy fue un día muy cansado, no vuelto a repartir volantes durante un mes —mencionó y Hanbin rió sin quitar la mirada de su teléfono —¿tu repartirse todos?

—Sí —sonrió —por eso llegué tarde

—A mi me faltaron algunos, la interacción social no es lo mío —resopló

Giró levemente su mirada a lo que estaba viendo Hanbin, buscaba perfiles con el nombre de Heeseung, era muy esmerado en hacer eso.

De pronto, Hao desliza su mirada hasta sus clavículas donde denota una leve marca negra, supuso que era un tatuaje, y para verificar le estiró la camisa observando aquello.

—¿Te hiciste un tatuaje? —mencionó confundido —¿cuando?

—Oh —se lo volvió a cubrir —pensé que no se notaba mucho, era una sorpresa pero ya lo viste

—¿Sorpresa? —no entendía

—El otro día estábamos hablando del sol y la luna, ¿te acuerdas? —el contrario asintió —eso quedó grabado en mi mente y estaba buscando algunas ideas de tatuajes, esta me pareció muy bonita —señaló —este es el sol, aquí está la luna y en el medio está la estrella, es una representación bonita ya que los dos brillamos como estrellas cuando estamos juntos, somos diferentes pero tenemos la misma energía

—Ya veo —asintió con una sonrisa saliendo de su rostro gracias a las palabras del pelinegro —¿no te dolió?

—Claro que dolió —rió —pero el resultado es muy bonito

—Sí lo es —con sus yemas acarició la piel donde se hallaba el tatuaje, aún seguía roja por la presión de la aguja —es muy bonito

—Para que sepas que siempre pienso en ti

Hao no imaginó que alguien se llegaría a tatuar la piel por él, fue un acto de cariño que lo conmovió mucho, pensó en hacer lo mismo pero le daban miedo las agujas así que descartó la idea.

—Te quiero mucho, Bin —dijo haciendo sonreír al pelinegro

—Yo también

Mi segundo primer amor ☆ HaobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora