Naruto: ¡¡Maldita serpiente!! ¿¡Qué hiciste!? - Grito molesto quedándose cerca del Sanin qué estába muy sorprendido con lo qué se encontraba frente suyo.
Kabuto herido iba a atacarlo por la espalda, pero Orochimaru lo detuvo, está acción lo dejó confundido, pero su enojó se multiplicó por 1000 al ver cómo dentro del enorme Susanoo, Izana traía aún en brazos el cadáver de Yue.
Naruto: ¡No tienes alguna idea de lo qué acabas de provocar! Sí hay algo qué jamás debes hacerles a los Uchihas es arrebatarle su luz. De lo contrario todo ése amor se convierte en odió y la prueba está delante de nuestros ojos... ¡No te bastó lo qué causó Madara en la guerra! Ahora sí estamos perdidos, nadie tiene el poder de enfrentarse al Susanoo y menos si posee un Rinnegan... ¡Felicidades! Condenaste a toda la humanidad. Nada podrá detenerlo.
Orochimaru: Cuándo fusione nuestras alma creía qué estó no pasaría. Jamás conté la idea de qué Izana posea el Rinnegan. Cuándo el extrajo mí alma me aseguré de matarla a ella igual conmigo. Después de todo podía revivir gracias a la marca en Kabuto.. Ahora veo mís consecuencias... Me equivoqué al completo.
Naruto: ¡No podemos rendirnos! Jamás me imagine decir estó... Orochimaru hay qué trabajar juntos, es la única chance de hacerlo entrar en razón. Sí no el mundo qué conocemos, desaparecerá hoy.
Orochimaru: ¿Qué planeas? El Susanoo es impenetrable, la única forma era usar los poderes del Kyubi o el Mokuton. Ninguno de ésos poderes están de lado nuestro.
Naruto: Aún poseo el modo sabio. Tengo qué golpearlo con mí mejor ataque en el centro, de esa forma el Susanoo caerá y al General lo ayudaré a regresar en sí... Sólo necesito 10 minutos para reunir la energía qué necesitó - Orochimaru asintió.
Orochimaru: ¡Kabuto ahora!
— Kuchyose no justu - Ambos hicierón con un poco de su sangre sellos de manos y golpearón el suelo con sus palmas. Entré una nube de humo salierón 2 serpiente de tamaño enorme de piel morada.
— Orochimaru... Hace siglos qué no llamas, ¿Para qué me llamast?... - Rápidamente se tuvierón qué mover para esquivar un pisotón de la gran armadura negra.
Orochimaru: ¡No hay tiempo para hablar! Es necesario conseguir tiempo para lograr derrotar al Susanoo. Manda, Aoda, requiero de toda su ayuda y poder. Háganlo y voy a darles un sacrificio de 2000 personas.
Las serpiente aceptarón su trato y con una gran rapidez fuerón directamente a atacar al Susanoo. Arrojarón ácido hacía él pero no sirvió de nada. La armadura desenfundo su enorme katana y con un simple corte, la montañas a kilómetros suyos se partierón cómo sí fueran simples hojas.
Al ver qué no lograban hacerle nada, el Sanin invocó con ayuda de Kabuto a todas las serpientes de su clan para brindarle ayuda en está batalla. Al comenzar a verse algo en aprietos, unas enormes alas salierón de la espalda del Susanoo qué volaba por los aires observándolos.
Izana: Orochimaru... Voy a matarte junto a todo esté asqueroso planeta. Todos van a pagar por lo qué me hicierón... Sientan el verdadero dolor.
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