𝐌𝐔𝐓𝐄 ⭑ 𝐑𝐄𝐁𝐎𝐑𝐍𝐏𝐋𝐀𝐘 ¹

𝟎𝟗𝟑

Cristina tomó su muñeca y lo llevó hacia el patio, alejándose unos metros de la casa y exasperando a Reborn, quien no podía quitarse del pecho ese sentimiento de que todo estaba a punto de desmoronarse.

Finalmente, la mujer lo soltó, deteniéndose en medio del patio y lo miró con lo que pareció pena.

— ¿Qué está pasando? ¿Qué tiene Auron?.

Cristina aguantó unas lágrimas.

— Reborn... ¿Por qué crees que Auron se hace estudios al cerebro?.

El castaño no sabía qué responder.

Comenzó a negar, con miedo de que la idea que tenía en mente fuera real.

Recordó cuando había acompañado a Auron a todos esos estudios, radiografías y análisis.

Recordó que había tenido miedo por él.

Comprendió que le habían mentido al decirle que los estudios al cerebro no eran graves, y que no debía preocuparse.

— Dicen que tiene muchos problemas de ansiedad,
de tristeza... Tantas cosas malas psicológicas o emocionales terminan afectando al cuerpo de manera biológica. — Dijo la mujer. — De pequeño, a Auron le detectaron un tumor en el cerebro. — Su voz sonaba endurecida.

Reborn sintió sus piernas débiles.

— Él... Me lo hubiera dicho. — Quiso negarlo.

— Creo que conoces a Auron lo suficiente para saber que él no habla de sus problemas... Te mentirá si es necesario. — Respondió la mujer y Reborn no tuvo con qué discutirle. — La cosa aquí es.... Que siempre estuvo bastante controlado. Por muchos años recibió tratamiento cuando era niño, y creían que lo habían de alguna manera "dormido". Habían logrado reducirlo, pero siempre nos dijeron que la posibilidad de que regresara, de que volviera a crecer, estaría ahí. Acaban de llamar del estudio de sangre y tiene una gran cantidad de glóbulos blancos, o sea, su tumor lo está afectando. Su cuerpo intenta defenderse.

— Sus dolores de cabeza...

— Son por el tumor. — Cristina asintió. — Son muy normales en cosas así, al igual que la fiebre.

Reborn temblaba completamente. De repente, se sentía totalmente debilitado.

— ¿Va a morir?.

Cristina se quedó un momento en silencio. Lo suficiente para Reborn llorara más fuerte.

— No lo sé. — Dijo. — N-No es tan grave, no llega a ser cáncer aún. Creo que... Una operación es posible, o algo así. Yo... No lo sé... El tumor no era maligno, pero... — Suspiró, rendida.

Solo estaba diciendo todo eso en un intento de calmar a Reborn.

Ella no tenía idea de qué pasaba.

— Lo sabremos con los estudios.

Cristina miró a Reborn con pena. Las lágrimas se acumularon en sus ojos.

— Yo te lo hubiera dicho antes, pero — Su voz se cortó, comenzando a negar. — Auron no quería que lo supieras, y a sus padres no le gusta hablar de eso... No creían que podría tener problemas de nuevo. Habían pasado años sin que pasara nada... Lo siento.

Reborn no tenía nada más para decir, así que se volteó para volver a la casa.