𝟎𝟕𝟒

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Pasaron el resto de la mañana haciendo nada productivo

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Pasaron el resto de la mañana haciendo nada productivo.

Jugaron con unas cartas que habían encontrado en la valija de Juan, hasta que el aburrimiento les ganó, y Reborn le pidió a Auron que le enseñara más señas.

Largo rato después, la curiosidad de Reborn no podía ser saciada, y Auron ya se estaba cansando, además de que su cabeza dolía más.

Así que puso como excusa que tenía hambre para que dejara de molestarlo.

En el comedor, se encontraron con Pato, quien estaba llevando los platos que usarían en el almuerzo.

— ¡Chicos!. — Los llamó en cuanto los vio, dejando los platos sobre una mesa para acercarse. — Me dijeron que te sentías mal. — Habló, mirando a Auron. — ¿Te sientes un poco mejor?.

El chico asintió.

— La comida está casi lista... ¿Quieres almorzar ahora?. — Ofreció. — El bullicio de los demás podría molestarte.

Auron volvió a asentir.

Pato volvió a cargar los platos rumbo a la cocina, mientras, los dos chicos se sentaron a esperarlo.

Después de un par de minutos, el mayor volvió con un plato con puré de papas y algo de carne para ambos.

Regresó a la cocina para traer una botella de agua, y un plato de comida para él.

— ¿También comerás temprano?.

— Nop. — Habló con la boca llena. — Comeré doble, esta es mi entrada.

Lejos de tener un almuerzo tranquilo, Pato pasó hablando todo el rato. Incluso llegó a comenzar a quejarse de que Pol no captaba sus indirectas amorosas.

— ¿Al menos sabes si le gustan los chicos?. — Preguntó Reborn, a lo que Pato pareció ofenderse.

— ¿En serio me preguntas eso? Estás hablando con el hombre que lo vio besuquearse con uno. Como si ese tipo fuera la última comida del mundo, y él fuera un muerto de hambre.

Reborn decidió callarse, y le dedicó una mirada con miedo a Auron, quien le hizo una seña.

"Vámonos" pidió el mudo, aunque no había terminado su comida, y sabía que Pato no lo dejaría irse.

— ¿Andan con secretos en la mesa?.

Los dos clavaron la mirada en la comida con miedo.

— Ya no sé qué hacer con él. — El mayor continuó con sus quejas, haciendo un puchero con los labios, mientras revolvía el puré con el tenedor. — Pensar en eso ya me quitó el hambre. — Corrió su plato, mirando a ambos con expresión triste. — A veces los envidio.

Esa última frase, hizo que ambos alzarán la vista
hacia él.

— Felices, con pareja, queriéndose tanto y libremente... — Pato suspiró. — Mientras yo tengo a un tipo que no sabe lo que es una indirecta y rompe todo a su paso.

Los dos jóvenes se miraron un momento. Se sentían mal por su mayor, quien parecía sufrir el amor de una forma que ellos no conocían.

— ¿Nunca pensaste en que hay más peces en el mar?. — Preguntó Reborn por lo bajo.

Pato lo miró un segundo y luego rió un poco.

— Claro que sí, pero simplemente no puedo. Vuelvo todo el tiempo a Pol, y solo... Lo quiero a él. Nunca me enamoré de alguien más de forma similar, es incomparable.

Los chicos no tenían palabras para responder.

— Creo que también corté su apetito. — Habló el mayor. — Dejen eso, pueden irse. Yo me encargo.

 Yo me encargo

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𝐌𝐔𝐓𝐄  ⭑  𝐑𝐄𝐁𝐎𝐑𝐍𝐏𝐋𝐀𝐘  ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora