𝐌𝐔𝐓𝐄 ⭑ 𝐑𝐄𝐁𝐎𝐑𝐍𝐏𝐋𝐀𝐘 ¹

𝟎𝟕𝟏

Por la tarde, luego de una larga charla donde Reborn no prestó atención (seguía molesto por arruinar su momento con Auron), hicieron el juego de buscar la bandera.

El castaño tenía que esforzarse en contener la risa cuando Focus comenzó a quejarse de cómo podrían poner un juego así, y que todo era una toma de pelo.

Todas las quejas las recibió Fargan, quien también reía, alegando que el trabajo en equipo debía funcionar perfectamente para que él también pudiera participar en ese juego.

Digamos que Reborn no se esforzó en buscarlo, aunque fue Raptor quien encontró la bandera.

A él le daba lo mismo ganar o no.

No entendía la emoción del pelinegro cuando fue corriendo hacia el punto de encuentro, agitando la brillante tela sobre su cabeza con alegría.

Pronto, el resto comenzó a llegar.

Al escuchar los gritos del chico, Mara fue la primera en felicitarlo.

Reborn no pudo evitar alzar una ceja al ver a su hermana abrazando a un chico.

En cuanto vio a Auron, se acercó a él. Juan lo siguió, ya que a su lado estaba Spreen.

— ¿Cómo estás?. — Preguntó el castaño, colocando una mano sobre su frente para ver la temperatura, pero Auron se apartó de su tacto. — Hey, está bien. — Habló con tranquilidad, algo confundido por ese gesto.

Auron resopló, pero luego asintió, afirmando que estaba bien.

El juego se había extendido de más, así que ya casi anochecía.

Los organizadores decidieron no hacer más juegos, ya que no querían dejarlos ir por allí si llegaba la noche, así que les dieron tiempo para que descansen hasta que la comida estuviera lista.

El grupo de amigos notó a Auron malhumorado durante todo el rato, así que no lo molestaron mucho.

Incluso Reborn se contuvo en sus mimos, ya que también habían hartado al chico mudo.

Incluso cuando fueron a dormir, Auron seguía irritable, y Reborn no podía evitar preocuparse por él.

Sabía que no era nada más que aquel dolor de cabeza que el chico quería negar, pero no quería que se pusiera así.

Así que, en la noche, cuando apenas había podido concebir el sueño y fue despertado por el zarandeo de su cuerpo, no se enojó cuando descubrió que era Auron, casi le agradeció.

Su novio se frotaba sus ojitos, limpiando lágrimas.

— ¿Auron?.

El chico señaló su cabeza.

Reborn se apresuró a bajar de un salto de la litera, abriendo sus brazos y el otro recibió el abrazo con gusto.

El castaño besó su frente con cariño, rodeando sus hombros, y comenzó a caminar hacia afuera.

— Iremos a la enfermería. — Dijo. — La próxima vez avísame antes de que te duela tanto ¿Si?. — Habló con suavidad, y el chico asintió.

Al llegar a la puerta, ambos escucharon los llantos desde afuera, y entraron con confusión.

Parecían no ser los únicos en la sala a esas horas.

Reborn tardó un poco en creer lo que veían sus ojos

Mara no era de llorar.

Le dijo a Auron que se quedara sentado un momento mientras iba a hablar con la chica.

Se arrodilló frente a ella, colocando una mano en su hombro.

La muchacha se sorprendió un poco con el tacto, y al ver que era su hermano se apresuró a borrar las lágrimas, intentando controlar los sollozos.

— ¿Qué pasa?. — Preguntó el castaño, sintiéndose mal por su hermana, aunque ella se mordió el labio, sin querer decir nada. — Dime, Mara.

La chica lo miró un momento.

— Raptor tuvo una convulsión. — Habló con voz ronca.

Reborn asintió.

— ¿Por qué estás mal? Digo, dijiste que ya lo conocías y sé que debiste haber visto una de esas antes... ¿Pasó algo malo?.

Un sollozo la hizo temblar.

— No pude sostenerlo. — Murmuró.

— ¿Qué?. — Reborn no sabía a qué se refería.

— Cu-Cuando tiene convulsiones, debo sostener su cabeza hasta que pase, para que no se golpee contra el suelo... Y no llegué porque fue muy repentino. Luego no pude moverlo, era muy fuerte... — Más lágrimas caían. La chica las limpiaba sola, apartando la mano de Reborn cuando él quiso hacerlo. — Convulsionó por casi dos minutos golpeándose en la cabeza... Y solo pude mirar, soy una inútil. — Mara estalló de nuevo en llanto.

Reborn simplemente no sabía cómo reaccionar.

Tardó unos segundos en abrazar lentamente a su hermana, quien no lo apartó.