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Sunghoon regreso al castillo pero no podía dejar de pensar en aquel chico, ese chico tenía un toque especial que lo hizo quedar hipnotizado desde que lo vio, era el chico más lindo que había visto claro, pero según lo que leyó cuando llegó es que nunca se podrían tocar, no se podrían amar...

Lo que pasaría era que si Sunghoon lo tocaba Jake se convertiría en una "flor de cristal" y se rompería en pedazos de poco a poco. O en otras palabras se congelaría y si se rompería. Pero si Sunghoon cruzaba al otro lado su cuerpo ardería en llamas, su piel se quemaría y de poco a poco se convertiría en un polvo blanco, como la nieve, pero muy caliente.

Sunghoon se sintió mal al inicio, el quería seguir conociendo al chico, necesitaba verlo, tenía es necesidad, pero... No podía hacerlo.

Todo el resto del día estuvo pensando en Jake, no podía sacar su sonrisa de su cabeza y mucho menos su dulce voz. Toda su familia se dió cuenta y entonces su padre decidió preguntar sobre el comportamiento raro que tenía Sunghoon.

- Sunghoon, desde que saliste a vigilar el lago estás algo raro, incluso llegaste y te encerraste en la biblioteca - Sunghoon odia leer - ¿está todo bien?

- S-si, no entiendo porque lo preguntas... Solo que me caí del tonto caballo y vengo un poco cansado...

- Ya veo...

Sunghoon desvío la mirada, miro ahora a su hermano menor Sunoo quien estaba concentrado en un papel que parecía venir de muy lejos, de pronto dejo caer uno de sus cubiertos exaltando a todos en la mesa.

- ¿Qué sucede Sunoo? - pregunto su padre.

- Papá... Es que vieron a alguien de primavera hablar con alguien de invierno... Dicen que los vieron en el gran muro que los separa...

Sunghoon se preocupo, si lo llegaban a ver... Perdería todo, lo asesinan por traidor y por el calor.

- ¿No viste algo de eso Sunghoon?

- Mmm N-no, estoy seguro que no ví nada - contesto nervioso.

- Debió ser cuando regresaste, está gente loca de hoy... Supongo que hay que llevar guardias a vigilar el área, no podemos tener traidores por aquí.

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Al otro lado se encontraba Jake, siendo acompañado por Sana, su hermanastra, ellos tenían una relación muy buena, aunque no fuera así con su padrastro quien solo se había casado con su madre por el trono de ser rey, el sabía actuar muy bien y logro engañar a su madre, pero en realidad era un hombre malo...

- ¿Con quién estabas hablando? Sabes que a mí papá no le gusta que estés cerca del muro - interrogó la chica.

- Perdón... Había un conejo blanco y ya sabes que amo los conejos, no podía perder la oportunidad de fotografiarlo - Bajo la cabeza.

- Por suerte el no te vio ahí...

- Si... ¿Sabes que quiere mi mamá?

- No, pero estos últimos días a estado muy rara.

- Si lo e notado.

Ambos jóvenes entraron al palacio y ahí Jake se separó de Sana para ir a la habitación de su madre.

- Jake, ¿Dónde estabas? - pregunto su madre, quien estaba concentrada en el paisaje que se reflejaba por la ventana.

- En el bosque... Logré fotografiar a un conejo blanco.

Jake saco de su bolso su cámara y le mostró las fotos a su madre, ella sonrió y observo las imágenes con ojos brillantes. Su madre nunca había podido salir de aquel castillo, no sabía nada del mundo exterior, nunca había tocado el pasto, no sabía cómo olían las flores amarillas que tanto le gustaban, no conocía a las creaturas que su hijo amaba fotografiar.

- Lindo, ¿hasta donde llegaste?

Jake se quedó callado un minuto... - Hasta el muro...

Sabía que su madre lo regañaría, pero el era incapaz de mentirle.

- Jake... Tu sabes lo que el rey piensa sobre eso, no debes ir al muro - Regaño su madre.

- Lo se, pero estaba siguiendo al conejo y se detuvo en el muro...

Su madre lo miro y acaricio su cabello peinando lo un poco y acomodado su corona.

- Bueno ¿Para que me necesitabas?

- El rey a ordenado que ningún miembro de la familia real puede salir del castillo, no hasta nuevo aviso.

Jake frunció el seño.

- Mamá no puedes dejar que haga eso, es algo injusto ¿Por qué no podría salir?

- Cerca del muro... Se encontraron a dos jóvenes hablar, uno de aquí y otro... De invierno... El solo quiere protegernos.

- Pero... Necesito salir, estar afuera, ya sabes lo que necesito.

Jake no podía vivir sin estar afuera, en especial porque lo hacía por su madre, fotografiaba y llevaba flores para ella, ya que ella tenía prohibido salir de ahí, para el salir al mundo exterior era su razón de vivir.

- Lo se... Pero prometo que no será por mucho tiempo, solo hasta que estemos seguros que no hay traidores.

- Está bien...

Jake salió de la habitación y se dirigió a la suya, en dónde imprimía todas las fotos que tomaba y las pegaba en las paredes. Se acercó a la ventana y logro ver el muro y detrás de este muy lejano se podía observar otro castillo, uno que estaba cubierto de nieve, entonces recordó al chico que había visto en el muro, aquel chico tan frío que vivía en ese oscuro lugar...

Sonrió levemente a recordar sus facciones, alto, completamente blanco, incluso su ropa era blanca, una corona de la más fina cubierta de nieve, unos ojos negros que reflejaban tristeza y unos labios rosados que se veían relucientes por los rayos de luz y la nieve que se derretía en ellos.

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Al día siguiente Sunghoon volvió a acercarse al muro, solo que está vez con mucho cuidado, los soldados que había enviado su padre se acababan de ir, entonces aprovecho la oportunidad para deslizar un papel por debajo de la puerta que ahora estaba bloqueada con el hielo más sólido que habían encontrado. Después de eso espero un poco y regreso al castillo con la esperanza de volver al día siguiente y hablar con Jake.

- 𝘸𝘪𝘯𝘵𝘦𝘳 - (𝐽𝑎𝑘𝑒ℎ𝑜𝑜𝑛) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora