- 𝘸𝘪𝘯𝘵𝘦𝘳 - (𝐽𝑎𝑘𝑒ℎ𝑜𝑜𝑛)

22

Jake se pasó la tarde haciendo coronas de flores con si madre, hicieron una para cada uno y incluso una para Sunghoon y otra para Sana. Todo el tiempo estuvo hablando con su madre sobre lo que tenía planeado para si cita con Sunghoon, lo llevaría a ver el lago, le enseñanzas sus flores favoritas, se lo presentaría a su madre y hermana, cometían una Rica ensalada de frutas que encontrarían en el valle y al final lo llevaría a contemplar el amanecer desde la cascada.

- ¿Te dará tiempo para hacer todo eso? - pregunta su madre.

- Lo tengo bien medido. - Jake sonrió tiernamente.

- Espero que todo salga como planeas.

Ambos se colocaron las coronas que habían echo y regresaron al castillo cuando comenzó a oscurecer. Jake apenas pudo dormir esa noche, estaba ansioso de que Sunghoon conociera su hogar por primera vez, esperaba que todo saliera bien.

A la mañana siguiente Jake despertó ansioso, paso el tiempo eligiendo que le quedaría mejor, si ir muy elegante, que pareciera que era un príncipe o vestir de una manera cómoda. Opto por la última opción cuando se dio cuenta de que se le hacía tarde para desayunar, así que se puso algo cómodo y bajo para desayunar, después al medio día salió a caminar un rato, esta vez no fotografiaba nada para Sunghoon, pues por primera vez el lo vería con sus propios ojos.

Cuando por fin llegó el momento de irse, Jake se puso su corona de flores, agarro su bolso y dentro guardo su Cámara y la corona de Sunghoon, luego camino ansioso hacia el muro.

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Sunghoon esperaba a Jake pacientemente a que llegará, tenía miedo de quedar plantado, había echo un lindo regalo para el y se había esforzado en poder conseguir un tiempo para el, si de verdad Jake faltará a esa cita su vida se arruinaría.

Al menos su alma pudo descansar cuando escucho los pasos de alguien cerca y esa persona tarareaba una canción alegre, reconoció de inmediato la voz de aquel chico y cruzó el muro sin pensarlo sonriendo al ver a su príncipe encantador del otro lado.

- ¡Sunghoon! - Jake sonrió ampliamente y corrió con los brazos abiertos para atrapar a su amado en un cálido abrazo.

Sunghoon correspondió al abrazo sintiendo el cálido cuerpo de Jake junto al suyo, la sensación de volver a sentirse protegido, lo bueno que era poder volver a tener en sus brazos a Jake.

- Te extrañe mucho Jake - Sunghoon beso su frente con cariño.

- Yo también.

Ambos se separaron y se tomaron de las manos para luego comenzar a caminar por el bosque.

- Hice algo para ti - Jake saco de su bolso la corona de flores que había echo para Sunghoon para luego ponerla en su cabeza.

- Es muy linda - Sunghoon sonrió - Como tú.

Jake se sonrojo - Yo mismo hice la corona - dijo orgulloso.

- Yo también te prepare un regalo - Sunghoon también llevaba un bolso, del que sacó una esfera de nive con una flor morada dentro - La hice especialmente para ti.

- Hoonie - Jake sostuvo la esfera en sus manos, contemplando los colores de aquella bella flor morada y viendo como brillaba con los rayos de sol que caían de los árboles - Es bellísimo.

- La esfera mantiene fría a la flor, así podrá ser eterna.

- Gracias Hoonie.

Ambos caminaban tomados de las manos, Jake dirigió el camino hasta un lago muy lindo en el que pudieron limpiar algunas frutas que encontraban en el camino.

Jake sabia perfectamente de frutas, así que el solo pudo preparar algo rico para enseñarle a Sunghoon a su dulce sabor.

- Esta es una fresa - explicaba Jake mientras la cortaba y le ofrecía un poco a Sunghoon. - es muy Rica, sinceramente diría que es mi fruta favorita, pero tu deberias elegir.

Las papilas gustativas de Sunghoon fueron bendecidas al probar esa deliciosa fruta, sonrió ampliamente y luego comenzo a probar más de las frutas que Jake le ofrecía. Había tantos sabores que aún no conocía, y otros que eran conocidos, había tanto de lo que se había perdido toda su vida, pero Jake le había prometido que le enseñar la cada hermoso detalle de su mundo.

Sunghoon había decidido arriesgarse a que algo pasará cundo cruzará el muro, su miedo más grande era ese muro, y cuando Jake cruzó y supo que nada malo pasaría si el tiempo era corto se alegro, no quizo pensar más cuando supo la verdad sobre su padre, así que estaba confiado en que nada malo pasaría estando ahí.

Jake tomaba muchas fotografías, tomó dos en el lago y seis en el camino, Sunghoon no se quejó pues supo que esas fotos eran especiales para Jake, era la primera vez que estaba en ese lugar, no quería echarlo a perder.

Sunghoon quedo fascinado cuando llegaron al lugar de la cascada, entre pequeñas gotas de agua se podían apreciar colores, un arcoiris se formaba en cada una de ellas, formando uno cada vez más grande, el agua era refrescante y daba un efecto cristalino, el agua brillaba con los rayos de sol, se podía apreciar un hermoso paisaje.

- Mi mamá una vez me contó una historia - dice Jake mientras se sentaba en el pasto - Ella dijo que el agua de esta cascada pasaba antes por el hielo, debajo de el y del muro, luego de alguna manera llegaba a este lugar, se derretía y se convertía en esta agua.

- ¿A qué viene la historia?

- Siento que al igual que el agua que una vez se congela y luego se derrite pues, siento que de alguna manera se relaciona con nosotros. Tu eres el hielo y yo lo que pasa después, porque yo soy tu calidez.

Sunghoon sonrió y abrazo a Jake - Siempre necesitaré de tu calidez para poder vivir.

Mientras ambos se abrazaban, el sol se comenzaba a ocultar, un atardecer se comenzaba a notar entre el agua, ambos disfrutaban ese tiempo juntos y deseaban ya no separarse, ese momento quedaría en sus memorias para siempre, para toda su vida.

Sunghoon tomó la mano de Jake, la entrelazo con la suya y beso los cálidos labios de Jake, un beso tan duradero que desenvolvía los sentimientos de ambos, un beso de amor y no de deseo que contenía palabras escritas en francés, para que sus corazones las guardarán y cuidaran, palabras para cuidar su amor.

La flor que le regala Sunghoon a Jake es como la que Tinkerbell le regala a su hermana, solo que esta vez es al revés.