⋆Pa' Donde Se Fue⋆

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"Yo me acompañaba con las sombras
Esperando
Esperándote"

-Mon Laferte

Al llegar a casa, el pelinegro se sentía impotente, su pecho subía y bajaba de una sobremanera ya conocida junto a su corazón que latía con fuerza y el aire comenzaba a faltarle.

Otro ataque de ansiedad.

Era el segundo en la semana, a menudo los calmaba bastante rápido, su práctica en el tema había aumentado desde que se hicieron más frecuentes así que optó por actuar adecuadamente cuando estos sucedían.

Jungkook comenzó a hacer ejercicios de respiración y sacó de su mochila un par de pastillas que ayudaban a calmar el dolor.

-Ojalá existieran pastillas para curar un jodido corazón vacío- Dijo para él mismo, manteniendo una sarcástica sonrisa llena de nostalgia.

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Hace 7 años

El pequeño Jungkook gozaba de sus asombrosas vacaciones de verano, era un niño bastante alegre y optimista así que corría por todo el parque persiguiendo a una mariposa que había encontrado sobre una hoja.

-¡Ven aquí, solo quiero ayudarte!- Gritó el pelinegro.

La pequeña mariposa tenía un ala rota, volaba con algo de dificultad y Jungkook se había percatado de aquello. La inocente mente de el niño pensaba que podía arreglar el ala rota de la mariposa con facilidad si la alcanzaba y ponía una bandita.

-¿Cómo quieres que te ayude si no dejas que te dé una mano?-

-¡Jungkook! Es hora de irnos- Pronunció en un grito una mujer, la madre del pelinegro.

Ésta era tan parecida al pequeño, pelinegra y de cabellera larga, piel blanquecina tan palida como una hoja de papel, ojos oscuros y de una forma bastante peculiar.

Jungkook obedeció a su madre y corrió hasta el coche para ir a casa, a su tan acogedor y perfecto hogar.

¿Perfecto?

Al llegar a la puerta de su casa, sintió algo extraño. Un sentimiento bastante ajeno a todo lo que experimentaba en su lindo hogar. Abrió la puerta con prisa buscando a su padre, se había quedado a terminar un trabajo pendiente.

-¿Papá?, ¡Ya estamos aquí!- Gritó el pequeño con una enorme sonrisa en la cara.

Algo estaba mal, la casa se sentía mucho más fría de lo habitual.

-¿Papá?- Comenzó a llamar en repetidas ocasiones para que fuera escuchado por éste.

Fue hasta la recamara de sus padres para buscar ahí, pero lo que encontró fue tan confuso para un pequeño de 10 años.

El closet en donde su padre guardaba todas sus camisas estaba completamente vacío. El estante de los zapatos solo contenía los de su madre y había distintos papeles desconocidos regados en el piso.

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