⋆Hymn For The Weekend⋆

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"Oh, angel sent from up above
You know you make my world light up
When I was down, when I was hurt
You came to lift me up"

-Coldplay

Días pasaron y finalmente la madre de Jungkook tenía que partir. Los días después de lo acontecido fueron bastante tediosos. El pelinegro seguía en un mal estado por lo que vió en el parque, podía sentir como su mente repetía una y otra vez esa escena.

Llegó a un punto en el que quería convencerse de que todo era falso, que ese no era su padre o que había sido un mal entendido.

Pero Jungkook estaba en su realidad, y la realidad es más dura que la fantasía.

Su madre, por otro lado, no había mencionado absolutamente nada de lo que pasó, prefirió quedarse en silencio viendo cómo su hijo lucía confundido y desconcertado.

-Jungkook, volveré días antes de navidad para que la pasemos juntos- Abrochó su cinturón y encendió el auto -Cuida de ti y mantenme informada de cualquier cosa-

Para navidad aún faltaba 1 mes, en todo ese tiempo no volvería a ver a su madre.

-Está bien, mamá, te veré después-

-Y Jungkook- Lo miró fijamente -Te quiero-

El azabache se sorprendió al instante. Su madre no solía decir eso, no estaba acostumbrado a ese tipo de afecto.

-También te quiero, mamá-

Y su madre arrancó el coche, dejando a Jungkook confundido pero feliz de aquella muestra de cariño.

De repente, una dulce mariposa blanca se posó en el campo visual de él, sorprendiendolo con sus alas largas y fuertes que parecían pequeños pétalos de rosa.

Ahora soy yo el que está roto. Y no hay nadie que pueda curarme las alas. Pensó.

¿O sí había alguien?

Se adentró a su casa y comenzó a prepararse para la escuela.

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El viento resoplaba con fuerza a las afueras de la institución, de su cielo grisaceo salían truenos con ímpetu y asustaban a los cachorros de las calles. El pelinegro caminaba con rapidez para llegar a su escuela lo más pronto posible y no mojarse con la aproximada lluvia.

Sus intentos fueron en vano, pues la lluvia ya había empezado a caer.

Todos los malditos días llueve. Pensó.

Al llegar a la institución se encontró con una gran sonrisa que venía de su pelirrojo amigo. Él estaba tomando un muy caliente café negro, el vapor se colaba por el vaso y chocaba en la cara de Hoseok, dándole un poco de calidez mientras se cubría del agua en un puesto de comida.

-Hope, buenos días- Dijo el pelinegro.

Hoseok dió un largo trago a su café y seguido de eso, le sonrió al pelinegro, ofreciendole un poco de café -Buenos días, Kook-

-El clima es terrible, siento que voy a congelarme-

-A mí me gusta- Contestó el pelirrojo -El frío siempre me hace sentir el personaje principal-

-A mí me hace enfermar- Se encogió de hombros -Pero sí, tal vez no es tan malo-

Las puertas se abrieron y ambos se adentraron a la escuela. Pasearon un poco antes de acudir a sus clases, intentando amenizar la mañana. El viento adentro se tornó aún más helado y el pelinegro trataba de disminuirlo juntando sus manos y frotandolas, produciendo un poco de calor.

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