⋆Bad Liar⋆

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"Perfect paradise, tearin' at the seams
I wish I could escape it, I don't wanna fake it
Wish I could erase it, make your heart believe"

-Imagine Dragons


Es difícil arrancar el dolor de un corazón, aveces podemos tardar semanas o incluso años tratando de reparar aquello que nos atormenta por las noches, tratar de que duela menos, pero, ¿no podemos vivir rotos?

Habían pasado meses después del incidente de Taehyung. Se encontraba en su cama desde entonces y solamente se levantaba para comer algo incipido e ir al baño. Su madre, con el corazón en las manos, lo observaba. Observaba como su hijo se deterioraba.

Ver la muerte de algún familiar es doloroso. Saber que sufrió y lidió con las causas de esta, es un martirio. Pero ver como tu propio hijo pierde toda esperanza de vida y muere cada día es, sin duda, la muerte en vida.

-Tae, por favor abre la puerta- Borah estaba del otro lado de la habitación, esperando hablar con su hijo.

Las persianas de aquella habitación se balanceaban de un lado a otro mientras el corazón del castaño palpitaba con desespero.

Incandescentes lágrimas salían de los ojos cafés del menor. Su cuerpo temblaba de frío y su acanelada piel se erizaba al más mínimo aire. Sus delgados dedos paseaban por todo su rostro mientras trataba de quitar las gotas extensas.

Estaba cansado.

Cansado de llorar, cansado de sufrir, cansado de dormir, cansado de penar, cansado de respirar.

Cansado de vivir.

Porque no había peor agotamiento que el mental.

El castaño solo miraba hacia el techo, su cuarto estaba repleto de total oscuridad y no había ningún espacio limpio en este. La mente del menor solo vagaba en recuerdos tortuosos que lo mantenían cegado de locura y tristeza interminable.

-Mamá, por favor, ya no- Soltó, esperando a que su madre dejara de insistir en tener alguna platica con él.

Y es que, para ser sincero, había tenido cientos de pláticas con diferentes personas. En todas podría encontrar aquellas palabras "motivadoras" que le obsequiaban como muestra de apoyo.

En cada una de esas charlas podía escuchar típicos razonamientos como "Esto pasará", "Ánimo" o cualquier frase banal que solo lo incitaban a seguir en su tortuosa rutina.

En ese momento, en ese lapso de tiempo, solo deseaba dormir y no despertar en aquella pesadilla solitaria que atravesaba día con día. En su habitación resonaba la misma canción de siempre:

"I'm a fool to want you" de Frank Sinatra.

Recordaba con el corazón ensangrentado, cada uno de los momentos en los que se sintió amado.

To want a love that can't be true.

Podía sentir cada una de las emociones que alguna vez experimentó con Christian.

A love that's there for others too.

Le pedía a cualquier fuerza celestial que le arrancara todas las lágrimas para amenizar su miseria.

Y finalmente, caía en un sueño profundo, con las mejillas húmedas y millones de lágrimas puras entre ellas.

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