Juan era el rayo de luz que salvó a Spreen en sus momentos más difíciles, el oso necesito el calor y amor de alguien para seguir y por ello terminó buscando a Juan.
No eran opuestos, sino complementarios. Por ello ardía la distancia que tenían al ser separados.
No puedes arrancarle a la luna su estrella más preciada esperando que todo salga igual y el mundo siga con normalidad, ya que quitarle a la luna su estrella le estarías quitando la vida misma.
Del mismo modo que Spreen no podía seguir normal con su vida desde la muerte de Juan, por qué le habían arrebatado su estrella que tanto le costó amar.
Si separaban a las almas que estaban destinadas a amarse, ellos morirían también, quizás no al mismo tiempo pero si de la misma manera.
Juan murió por no soportar las raíces de flores que crecían en su interior.
Spreen morirá por no soportar estar en un mismo mundo donde su Juan ya no existía.
Si bien Spreen había sobrevivido, no se sentía vivo. Respiró, aprendió, amó, observó, lloró y vivió.
Respiró al llegar a Tortilland, teniendo esperanzas de salir adelante como alguien exitoso.
Aprendió a adaptarse a su entorno, en especial al dolor de cabeza que siempre lo acompañaba en misas.
Amó como nunca en su vida pensó haberlo por un tonto que lo cautivó con su risa de delfín.
Observó cómo el cuerpo de su amado caía inconsciente al piso.
Lloró al saber que Juan nunca más iba a volver.
Y vivió sin sentirse vivo.
Spreen extrañaba a Juan, su risa, el cariño con el que le miraban sus ojos, su imperatividad, su olor… su Todo. Juan era su todo y lo extrañaba tanto.
Spreen recordaría todo lo que vivieron por el resto de su vida, e incluso si había una vida después de la muerte estaba seguro que recordaría todo esto nuevamente.
Pero a pesar de eso extrañaba una cosa más, no vomitar pétalos de caléndulas u amapolas, desde la partida de Juan no ha dejado de vomitar esas flores que lo seguían en sus más dolorosos sueños.
Sabía que iba a morir, pero no le asustaba, al contrario, se encontraba mínimamente motivado por morir.
Lo que si le aterraba era morir de manera lenta y dolorosa, suficiente tuvo con la pérdida del hechicero que amará hasta sus últimos suspiros.
Huiría de sus problemas de una manera cobarde, pero es lo único que sabía hacer. Huir.
Habían pasado ya seis meses desde la partida de Juan y parecía el momento adecuado para despedirse de todos. Muy pronto dejaría el mundo y prefiere despedirse con tiempo a irse de la nada.
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[ S P R U A N ] ¡AU's!
Fanfic¡Hola! Realmente no sé cómo iniciar esto, así q voy a ser directo. Wattpad lo tengo demasiado abandonado, parezco Quackity con tilín en el QSMP pipipipi Así q, vengo a traer los escritos que he hecho en Twitter sobre mis padres más personales. ¡Hist...