[ S P R U A N ] ¡AU's!

spring in sadness

—Juan...

"¿Te molesta...?"

El insistente ruido del teléfono lo tenía harto, no quería contestar, no quería saber nada de nadie, no quería ni siquiera estar pensando en qué tema le iban a hablar si contestaba la llamada.

No quería contestar y llevarse la desilusión de no escuchar esa patética voz a través de la llamada.

—¡Hola amigo! Por fin contesta — La voz tan fuerte de Carre le aturdió por unos segundos, sintió una rara envidia al oírlo, Carre se escuchaba feliz.

¿Cómo era capaz de estar feliz después de haber enterrado a una persona que consideraba su amigo?

¿Cómo era capaz de ser felíz y él no?

"Aguanta por favor..."

Su pensamiento era egoísta y lo sabía, pero se iba a permitir ser egoísta solo en sus pensamientos, Juan fue el primero en hacerle saber que no quería verlos sufrir cuando muriera.

Vaya mierdecilla descarada.

¿Cómo se atrevía a enamorarlo y después pedirle que no sufra con su partida?, que idiota.

Pero él fue mucho más idiota por enamorarse del chico alegre de anteojos aun sabiendo que todo iba a terminar mal.

Estúpidamente mal.

"Te lo juro estoy a punto de olvidarte..."

—¿Qué querés? — Respondió sin ganas y algo tosco, no quería ser molestado en su etapa de duelo.

—Venite a la joda que hay en el pueblo central, te va a encantar — Un silencio se escuchó en la línea, Carre dudaba si decirle lo siguiente a su amigo —Él… Él está aquí.

—¿Quién?

—Vos saben de quién hablo.

—No, no lo sé.

Carre suspiró —Spreen, Juan anda acá.

—Juan murió — Contestó de inmediato, sin dejar seguir a su amigo, ya suficiente tenía con sus pensamientos consumiendo su tiempo, no necesitaba que alguien más venga a jugar con sus sentimientos.

—Lo sé, yo lo ví hermano — Una voz que decía "Déjalo, necesita tiempo" a través del aparato se escuchó —Ha-Hay una lluvia de pétalos con serpentina — la voz de Carre tembló —Las flores traen los raros polvos que soltaba Juan cuando estaba feliz tal y como cuando estaba con vida.

"Solo falta un millón de primaveras"

El agarré de Spreen falló dejando caer su teléfono al piso, Juan no estaba ahí y nunca más lo haría, lo sabía, jodida mierda, dejen de engañarlo con dulces mentiras, Juan murió y nunca más volverá.

—No…

Spreen no pudo decir algo más, la voz de Carre le interrumpió —Juan está aquí y es feliz, yo lo sé y si tan sólo estuvieras aquí para verlo… Sé que vos también lo entenderías.

Cayó al piso al sentir sus piernas fallar.

Colgó.

"Unos cuantos siglos solo he de adorarte"

Por inercia cubrió sus ojos al sentirlos picar, no iba a llorar, no, él ya se había convencido de que el amor de Juan nunca iba a ser para él, sin embargo; sintió aquellas indeseadas lágrimas cubriendo su rostro y su cabeza daba vueltas.

Había perdido más cosas de lo que deseó, ya perdió una vez, perdió al amor más grande de su vida, perdió gran parte de su ciudad, perdió la pollería, perdió todo aquello que lo motivaba a seguir.

Quizás por callarse ahora estaba explotando, todo lo que tenía guardado le tenía abrumado.

Era un pelotudo, siempre lo fue y lo sabía.

Pero era demasiado tarde para retractarse.

"Solo falta un millón de primaveras"

El aire le empezaba a fallar, quería vomitar, sentía náuseas de tan solo pensar en su vida.

Tosió al sentir las arcadas asquerosas que se le acercaban, era doloroso, aquello dentro de él no quería salir fácilmente.

En un acto desesperado metió dos de sus dedos para provocarse él mismo el vómito, tenía que sacar lo que tenía dentro.

Y logró su cometido, grande fue su sorpresa al ver como vómito sangre.

Sangre con flores.

Con malditas y estúpidas flores.

La enfermedad ahora también estaba en él.

Y el ciclo se iba a repetir

"después de eso no volveré a molestarte..."

Simplemente... Él no fue apto para amarlo.