⁰⁰³. Tienda de Benzo

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Ella termina de acomodar la tela sobre las cajas de una manera desordenada antes de irse del callejón sin salida colocándose su típica mochila en su hombro

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Ella termina de acomodar la tela sobre las cajas de una manera desordenada antes de irse del callejón sin salida colocándose su típica mochila en su hombro. 

Camina tranquila sin importarle las malas miradas de los vagabundo cerca de la zona. Sus manos se ajustan en la tira de la mochila la cual mira pensando en su próxima jugada.

Se detiene abruptamente cuando llega a la zona concurrida del distrito suburbano. El olor a agua de croaca, sudor y alcohol llega a su fosas nasales e inhala más fuerte al ser este de alguna forma agradable para ella. Una vez drogada por aire continua su camino a la tienda , hoy hay cosas muy útiles para cambiar por dinero.

No pasa mucho tiempo cuando vuelve a entrar en otro callejón y gira en una esquina al igual que otras dos personas uniformados delante de ellos.

Vigilantes... ¿Qué hacen aquí?

La castaña inclina la cabeza curiosa al ver como entran al mismo lugar se supone ella también entrarían.

Su ojo enfoca un movimiento rápido después de la entrada de los Vigilantes a la tienda, ella sin pensarlo mucho va a ver que es.

Al asomarse ve unas piernas colgando de un techo que separa ambas estructuras subiendo de forma forzosa. Se fija en las cajas frente a ella y las usa de escalera hasta llegar a la parte superior del techo. La oscuridad no es rival para ella y mucho menos por la luz emite la habitación por la cual un niño acaba de entrar dejando la puerta improvisada sin terminar de cerrar.

Un portazo de escucha y ella se arrastra hasta asomar la cabeza por el borde viendo que es uno de los Vigilantes, ella sin mucho interés vuelve alejarse.

Se levanta y sin mucha dificultad avanza hasta la pared de al lado de la entrada y apoya su mano en la reja de una ventana buscando sostenerse. Se acerca hasta la puerta dándose cuenta de que en realidad no es más que un simple trozo de madera, la toma con la mano libre para observar el interior pequeño y mal iluminado.

El niño no tardo mucho en llegar a un artilugio que no alcanza a ver bien. Con uno movimientos en su muñeca el pequeño lo hace funcionar haciendo salir del caño un ruido distorsionado que arregla fácil con un golpe.

—...Aveces las cosas son iguales arriba y abajo— una voz un poco gruesa llegando a sus oídos como un susurro se escucha de la habitación donde no hay nadie más que ellos dos alrededor.

—Sabes que ahora se pasaron de la raya— habla una mujer.

—¿Alguien esta herido?

—Explotó todo un edificio ¿Tú que crees?

En la mente de la chica paso la conversación de Deckard cuando estaba con su grupo, sabiendo más o menos quienes son los culpables.

—Quienes hicieron esto recibirán su merecido.

—Ese taller les pertenecía a los Kiraman, ¿sabes que tipo de cosas tenían ahí adentro? Hacen que este lugar parezca una dulceria. El consejo necesita dar el ejemplo, las personas deben sentirse seguras.

—Si, la personas de arriba.

—Teníamos un trato Vander— sus ojos se abren en sorpresa al escuchar el nombre salir de la boca de la mujer y niño tampoco se queda atrás ante tal declaración— Mantén lejos de la calle a tu gente y me alejaré de tu negocio. Dame un nombre, haremos la cosas discretas nadie sabrá que estuviste involucrado.

—No puedo hacer eso.

—Parece que no entiendes lo grave que es esto, sino pongo a alguien tras las rejas esta noche, la próxima vez que venga aquí habrá un ejército de Vigilantes conmigo—la castaña frunce el ceño disgustada por el comentario de la mujer—Y sabemos como terminará eso.

—Lo siento, Grayson, no puedo sacrificar a mi gente.

Hay un silencio por un rato hasta que alguien suspira y la mujer vuelve hablar.

—Si cambias de opinión, esto me llegará— se escucha el choque de algo—Y solo a mi.

El chico aleja su cara asombrado por todo lo que acaba de escuchar cuando el crujido del suelo lo alerta haciendolo mirar a la puerta de madera, dejando ver a una niña que lo supera en altura de cabello largo por los hombros de color castaño y las raíces de este blancas con unos ojos peculiares de color amarrillo.

—Hola asistente.

El ríe nervioso,

—Hola—tartamudea nervioso acomodándose delante del conducto—¿Cómo llegaste aquí?—pregunta desviando la mirada a cada rato.

—Quería darle algunas cosas a Benzo, pero hay un vigilante en la puerta así me quise ahorrar una charla y entrar otro lado, vi la luz encendida y pensé entrar por arriba—explica—Bonito escondite, por cierto.

—¡Verdad que si! Digo...—se acomodo recostandose de la tuberia—Si.

Ella solo alza la ceja ante su cambio de voz.

—Bueno, creo hoy no podré darle mis cosas a Benzo—Ve atraves del vidrio de colores como Vander juega con algo en sus manos mientras la vigilante se retira— Vendré otro día asistente, dile a Benzo que vine y que vaya preparando las monedas de oro— sonríe mostrando su mano con el índice y pulgar unidos dejando los demás alzados.

—¡Por supuesto!—dice con energía—Soy Ekko pero mis amigos me llaman Little man—extiende su mano al nivel del hombro.

—Rakkun, un gusto— acepta el gesto y se dan un apretón de manos.

Que niño más útil.

Que niño más útil

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𝐁𝐎𝐑𝐃𝐄𝐑𝐋𝐈𝐍𝐄 ᴶᶦⁿˣDonde viven las historias. Descúbrelo ahora