002. No estamos listo para el progreso.

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La máquina de tatuajes suena de manera constante mientras perfora la piel de su cliente

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La máquina de tatuajes suena de manera constante mientras perfora la piel de su cliente.

—Nada mal. Eres buena en esto—asiento. No hay palabras después de eso ambos estamos concentrados en los trazos.

La puerta se abre pero no suena la característica campana. Se quien es la persona y la reafirmo cuando la veo pasar frente a mis ojos para posicionarse en mi espalda. Alejo la máquina del cuerpo del cliente.

—Sueltame, Jinx—indico—Estoy ocupada.

—Pues deja de estarlo—habla tosca y arruga la nariz—¿Con quién estuviste?

—¿Tu amiga?—pregunta el cliente viendo como ella no me suelta.

—Ay, no lagartija—él frunce el ceño—Sin ofender pero somos más eso.

—Jinx, vete.

Siento como se tensa.

—¿Estas molesta?—su voz se rompe. Suspiro y dejo la máquina a un lado.

Le menciono al hombre que ya regreso que puede estirarse un poco, lleva sentado mucho tiempo. Le doy un vaso de jugo a pesar de que no parece muy interesado en beberlo realmente. Tomo la mano de la peliazul y vamos al segundo piso. Cierro la puerta atrás de mi.

—Te descontrolaste.

—¡Lo sé! Me equivoque, la personas se equivocan—se ríe.

—Mataste gente y pudiste haber matado a más, Jinx.—exclamo refiriéndome a el equipo de Sevika.

—Igual morirán—minimiza—¿Qué importa si mueren por mi primero?

—Jinx...

—Se que no te gusta pero es por un bien mayor y....

—¡Jinx!

—¡No!—grita—Parece que ellos te importan más que yo. Dijiste que te gusto no puedes fijarte en ellos.

Mi cabeza se vuelve un enredo. Yo nunca dije que me gustaba. ¿Podría atraerme? Si, pero nunca le dije que tuviera un sentimiento por ella, ¿cuándo...?

Recuerdo su pedido repentino cuando mencione que dibuje las monedas porque me gustaban. Al cumplir su petición tuvo que haber suponido que también me gustaba ella.

Mis manos van al puente de mi nariz en fastidio. Al tener los ojos cerrados no veo la aproximidad de Jinx. Ella termina frente a mi con una sonrisa y los brazo detrás de su espalda.

—Te gusto.

Pongo los ojos en blanco y desvío la mirada sin interés de responder.

—Tengo que seguir trabajando—cuando voy a volver abrir la puerta me retiene por la muñeca con una mano y con la otra presiona mi cara con sus dedos índice y pulgar obligándome a mirarla. Ya no tiene una sonrisa en su cara y lleva el ceño fruncido.

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⏰ Última actualización: Oct 04 ⏰

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𝐁𝐎𝐑𝐃𝐄𝐑𝐋𝐈𝐍𝐄 ᴶᶦⁿˣDonde viven las historias. Descúbrelo ahora