ᝰ capítulo O8 💌

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Era temprano por la mañana
cuando Jimin terminó
de escribir la nueva notita
que le dejaría a Jungkook.
En esa oportunidad, estaría
invitándolo a encontrarse en
una pastelería cercana a su
institución.

No podía negarlo, se encontraba
muy nervioso e inseguro. El bonito
chico pelirrosa hacía latir su
corazón de una forma sumamente
acelerada y caótica. Casi podía
sentir que le bajaría el azúcar
y se desmayaría por la tensión,
después de todo, era su primera
vez invitando a salir a alguien que
le gustaba tanto.

Rápidamente, colocó con extrema
delicadeza el cuadradito rosado
entre las hojas de su libro de
álgebra, metiéndolo luego en su
mochila negra. Estaba sentado
sobre una banca en la sala de
natación, a los pies de la gran
piscina.

-¡Jim!-se incorporó con
velocidad, sintiendo sus mejillas
tiñéndose de un poderoso rojo
ante la probabilidad de ser
descubierto-¡Las clases ya van a
empezar! ¿Estás listo? -uno de sus
compañeros exclamó del otro lado
de la piscina.

-¡Lo estoy! Pero tengo que ir al
baño primero, ¿me esperas? -el
chico asintió, y él se dió la vuelta
para salir del lugar.

Claramente, iría a dejar la notita en
un nuevo escondite para que
Jungkook la encontrara. Ni siquiera
lo tenía planeado, eran detalles que
se le ocurrían de manera automática
e instantánea.

Con su uniforme deportivo,
recorrió los pasillos del colegio
bajo la mirada soñadora de las
chicas. Él sabía que era atractivo
y popular, sin embargo, sólo se
sentía interesado en Jeon Jungkook.
Para su mala suerte, éste parecía
no percatarse de su presencia
nunca, de todas las personas, el
pelirrosa era quien menos atención
le dedicaba.

Pero eso estaba por acabar.
Le daría la nueva notita, se
encontrarían en el lugar previsto,
y quizás algo más sucedería entre
ellos. Muy fácil, ¿cierto?

No obstante, las cosas no siempre
suceden como lo deseamos, o tal
vez Jimin tenía una muy mala
fortuna.

Cuando dobló el pasillo hacia
la derecha, sus ojos color miel
captaron una escena que le rompió
el corazón en miles de pedacitos.
Allí estaba Jungkook, sujetando con
firmeza la mano de Kim Jongin. El
rubio lo conocía, formaba parte
del equipo de rugby y solían tener
una antigua y tonta rivalidad desde
la escuela primaria. No podía decir
que se odiaban a muerte, pero
definitivamente no se llevaban
bien.

Siempre supo que el chico estaba
interesado en el lindo Jungkook,
pero jamás imaginó que daría el
paso antes que él.

Con los ojos brillantes, Jimin
los vió irse por el corredor,
desapareciendo de su vista cuando
giraron hacia la izquierda. En
efecto, ya no se sentía con ánimos
de dejarle la notita al pelirrosa,
la cual con tanto esmero había
preparado.

Además, ¿por qué debería
entrometerse entre dos personas
que podrían estar saliendo o algo
parecido?

Jimin decidió cortar con sus
costumbres románticas a partir de
ese momento.

¡bonito! 𓍢 ִֶָ  jikook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora