ᝰ capítulo 22 💌

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Parte 1 / 4

El día de la competencia había
llegado. Los estudiantes se movían
de un lugar a otro con rapidez para
comenzar con los juegos en menos
de diez minutos.

Pero estaba Jungkook, que no se
sentía con ánimos de jugar. Esa
mañana en particular, había
amanecido con dolor de estómago,
mareos y náuseas. Su garganta
raspaba como si tuviese miles
de agujas y le dolía bastante la
cabeza. Probablemente estaba
desarrollando un ataque de hígado
o algo parecido luego de haber
abusado con las porciones de pizza
la noche anterior.

Pero no era su culpa. Cuando se
sentía solo y desamparado, la
comida era un escape seguro para
él. Ya no tenía amigos, ni nadie con
quien hablar de sus problemas
familiares para sentirse apoyado.
Hoseok ya no era una opción, y
había dejado de hablar con Yoongi
a causa de la inevitable vergüenza
y culpabilidad que sentía. En
ocasiones, acudía a Namjoon y
Taehyung, pero ellos siempre se
encontraban en un plano aparte.
Jungkook no podía depositar su
confianza en cualquier persona, esa
era la realidad.

La campana sonó de pronto, y
todos comenzaron a correr hacia
el gimnasio del colegio. La voz del
rector provino de los parlantes,
y con lentitud, el castaño se
incorporó del banco en el que se
encontraba sentado, empezando a
andar por el pasillo.

El gimnasio estaba completamente
decorado con tonalidades azules y
blancas; abarrotado de personas,
en su mayoría, los padres de los
alumnos que participarían. De
forma inevitable, Jungkook
comenzó a sentirse sofocado.
Había demasiado bullicio en
medio del tumulto, y las punzadas
en su cabeza no ayudaban a
sobrellevarlo.

Sin embargo, su preocupación
empeoró cuando el rector
mencionó por el altavoz que los
equipos de voley mixto jugarían
en primer lugar. En una pantalla
lateral, se demostró el número de
los cuatro equipos conformados
con anticipación. El castaño se
encontraba en el número tres, y
para su mala fortuna, el número
dos y tres competirían primero.

-Jungkook, ¿estás listo? -ni siquiera
pudo responder cuando su
compañera, Nayeon, lo tomó del
brazo para llevarlo hasta el centro
del gimnasio ya despejado, con la
red separando ambas canchas.

Un mareo lo azotó, e hizo
lo imposible para ignorarlo,
preparándose en su posición frente
a la red blanca para cuando el
silbato sonara. Al ser más veloz
que sus compañeros de equipo,
conformado principalmente por
chicas, había sido puesto allí para
una mejor defensa, cubriendo el
frente y parte del centro de su lado.

El silbato sonó, y el juego dió inicio.

En los primeros minutos,
supo sobrellevar su malestar,
enfocándose en la competencia.
No obstante, llegó un punto en
que ya no podia mantenerse de
pie y mucho menos centrarse en
la pelota que pocas veces había
tocado el suelo.

Un toque en su hombro lo alertó, y
se giró levemente.

-¿Te encuentras bien? -esa
fue Nayeon de nuevo, quien se
encargaba de cubrirle la espalda.

Asintió con desgano, regresando su
vista al frente, justo en el momento
en que un chico pelirrubio del
equipo opuesto hacía el saque
desde fuera de la línea límite.

Jungkook cerró los ojos cuando se
sintió tan mal que trastabilló hacia
adelante, sujetándose de la red.
La pelota se desplazó por el aire
cuando intentó recomponerse, y
un golpe seco resonó al momento
en que el plástico golpeó contra su
cabeza en un fuerte pelotazo.

Cayó en medio del pulcro suelo del
gimnasio cuando se desmayo.




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