ᝰ extra 2/2 💌

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-Me estás mirando mucho. –
Jimin comentó, con los ojos
puestos en el camino.

-¿Y qué con eso? ¿No puedo
mirarte?-el aludido no respondió,
y Jungkook paró abruptamente en
el borde de la acera. El semáforo
estaba en verde. -No es por nada,
pero creo que me estás mintiendo.

-¿Qué? -una expresión de
sorpresa fue lo que recibió.-¿Por
qué te mentiría?

Él se encogió de hombros, soltando
la mano de su novio para abrazarse
a sí mismo, refregando sus brazos.
Debió llevar un abrigo más grueso.

-Estás actuando raro. -volvió a
mirarlo, sintiendo el enojo aflorar
cuando Jimin le dirigió una
mirada cargada de incredulidad.
-¡Dime la verdad! ¿Por qué no
querías que fuera?

-Bonito... y-ya te lo dije.
Terminaría muy tarde por la noche
y no creo que a tu madre le hubiera
gustado eso. ¿No crees que ya
tenemos mucho con su actitud
hacia nosotros?

Jungkook bufó, enceguecido por
sus propios pensamientos
como para atender a razones.
No miró a la calle, cruzando sin
más para alejarse de Jimin
y de su patética mentira. Estaba
completamente convencido de
que estaba mintiéndole en la
cara, ¡hasta había titubeado!
Bajo ningún término podía estar
siéndole honesto.

No supo qué lo llevo a pensar que
tal vez, sólo tal vez, Jimin
podría dejar de quererlo para
comenzar a verse con alguien más.
Imaginó que quizás había llevado
a otra persona al partido en vez
de a él, y eso estaba rompiéndole
poco a poco el corazón. Porque la
verdad era que no podía hallar otra
explicación.

A mitad del pavimento fue cuando
miró al semáforo, notando que
recién cambiaba a color amarillo,
al mismo tiempo en que uno
motor se oía a su derecha. Jungkook
observó en dirección al vehículo
que parecía venir a toda velocidad
hacia él, deteniéndose a unos
pocos centímetros de su cuerpo al
lograr frenar repentinamente. De
puro susto, trastabilló hacia atrás,
cayendo sobre la asfalto.

-¡Jungkook! -sólo pudo escuchar el
grito de Jimin, quien de pronto
estuvo a su lado, sujetándolo de
los hombros. -Enloqueciste, ¡no
puedes cruzar así! Dios.

Se llevó una mano al pecho,
sintiendo el rápido bombeo de su
corazón, y se aferró a los hombros
del castaño cuando éste lo levantó,
abrazándolo.

-Lo siento. -murmuró. -Perdón.

El contrario negó, tomándolo de
la mano para avanzar hacia el otro
lado. Parecía agitado, y por demás,
mucho más asustado que él. Por un
instante, Jungkook olvidó que habían
estado en una pequeña pelea antes
del incidente.

-¿De verdad te sientes bien?-
Jimin preguntó, tocándole la
mejilla con delicadeza. Le tomó la
mano, notando el leve raspón en su
palma. -Te hiciste daño.

-Jimin, lo siento. -ignoró
lo dicho por Park, cerrando
la mano suavemente en un puño
para no prestar atención al ardor.
-Lo lamento. No tienes razón para
mentirme. No sé por qué me puse
asi. Soy un dramático. Perdóname,
de verdad.

Park suspiró, rompiendo contacto
con él para bajar la mirada al suelo.
Unos segundos bastaron para que
finalmente se decidiera, llevando
la mano a su bolsillo para tomar de
allí una pequeña cajita. La extendió
en dirección a Jungkook, quien lo
miraba con notoria pena.

-No, tú tienes razón al final. Sí te
mentí. No fui a jugar un partido
con el equipo de natación. Fui a
comprarte esto. -elevó aún más la
mano, poniendo la ajita delante
de sus ojos. -Sabes todo lo que
hago todo el tiempo, conocemos
nuestros horarios. No encontré
otra excusa para poder ir yo solo
a buscar esto para ti. Q-quería...
dártelo más tarde…

El rubio tragó, rompiendo el
contacto visual con Jimin para
ver la pequeña caja de terciopelo
azul marino que descansaba en su
palma. La tomó cuidadosamente,
abriéndola. El pequeño dije de oro
con forma de frutilla brilló bajo la
luz del sol.

Miró al castaño por un momento,
notando fácilmente lo rojas que se
habían puesto sus orejas. Se rió un
poco por eso, tomando el colgante
para verlo más detenidamente. Era
tan bonito, y él sólo quería romper
a llorar.

Jimin lo amaba, se lo decía
seguido e incluso había hecho
mucho para demostrarlo. Ese
pensamiento le hizo escocer los
ojos, y trató de evitar llorar a toda
costa. Abrazó a su chico con fuerza,
enterrando la cara en la curvatura
de su hombro.

-Soy un tonto. Te quiero, te quiero
tanto. -murmuró, con un nudo en
la garganta. -Eres tan…

-Estuve ahorrando para
comprártelo. -él le dijo en tono
bajo. -Supe que tenía que ser tuyo
desde que lo ví por primera vez. La
dueña de la joyería es amiga de mi
mamá y ella me lo reservó.

Jungkook se separó para mirar sus ojos
oscuros.

Esos ojos que no hacían más que
brillar cada vez que lo miraban,
fascinándolo por completo.

Besó a Jimin con cuidado,
apretando el dije en un puño. Una
vez más, su corazón se calentó.

(...)

Ahora sí FIN ❤️

¡bonito! 𓍢 ִֶָ  jikook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora